La muerte súbita en deportistas es un evento poco frecuente, pero dramático, porque en muchos casos no se consigue la recuperación y el individuo fallece o queda con importantes secuelas. Las causas de muerte súbita en deportistas son diversas, siendo las más frecuentes las enfermedades cardiovasculares.
El 28 de enero de 2024 falleció un corredor de la 39ª Media Maratón de Castellón. Era residente en Barcelona y murió en el hotel tras ducharse. En la semana previa había fallecido una joven y conocida deportista del municipio de Les Alqueries, que murió mientras corría en La Vall d’Uixó.
En los últimos 30 años se han hecho muchos estudios sobre la muerte súbita en deportistas. También se han realizado importantes esfuerzos para conseguir prevenirla y tratarla de forma efectiva.
Sin embargo, la muerte súbita en deportistas sigue ocurriendo. Por ello, se continúan realizando estudios de investigación para conseguir el objetivo de la prevención y tratamiento.
Las causas de muerte súbita en deportistas son diversas, siendo las más frecuentes las enfermedades cardiovasculares. Gracias al conocimiento de las mismas se ha conseguido reducir el número de muertes y secuelas derivadas, pero estas continúan siendo elevadas.
Estudios sobre muerte súbita en deportistas
En un estudio publicado en 2020 se valoraron las causas e incidencia de parada cardiaca y muerte súbita en jóvenes atletas en EE. UU. Entre 2014 y 2018 se confirmaron 331 casos de muerte súbita cardiaca. La media de edad fue de 17 años y el 84% eran varones. Los deportes más frecuentemente implicados fueron el baloncesto (29%) y el fútbol americano (25%). Las cardiopatías más frecuentemente encontradas fueron la miocardiopatía hipertrófica (21%), la hipertrofia ventricular de causa desconocida (13%) y las anomalías de las arterias coronarias (12%). En el 10% de los casos no se encontró la causa de la muerte.
Un estudio realizado en Francia y publicado en 2021 incluyó 377 casos de muerte súbita cardiaca ocurrida en deportistas de 18 a 75 años entre 2005 y 2018. En el 95% de los casos, la muerte se relacionó con deporte recreacional, no competitivo. Entre los primeros años del periodo del estudio y el final del mismo, no hubo cambios significativos en la incidencia y características de los individuos y los episodios. Sin embargo, la supervivencia fue mayor en los últimos años (67% frente a 24%) gracias al mayor uso de medidas de reanimación y al empleo del desfibrilador automático externo.
En un gran estudio realizado en Reino Unido y publicado en 2023 se incluyeron 7.675 casos de muerte súbita en jóvenes deportistas entre 1994 y 2022. Llamativamente, en el 63% de los casos no se encontró anomalía cardiaca, por lo que se consideró que la muerte fue causada por una arritmia severa. Las enfermedades del miocardio se encontraron en el 22% de los casos y las anomalías coronarias en el 2%.
En el último estudio que vamos a comentar sobre las causas de muerte súbita en deportistas, realizado en EE. UU. entre 2002 y 2022 en atletas jóvenes, y publicado en 2023, se registraron 143 casos de muerte cardiaca súbita. La incidencia global fue de 1 por cada 63.682 deportistas al año. La incidencia fue mayor en los varones y en los de raza negra. El deporte más frecuentemente implicado fue el baloncesto. El hallazgo más frecuente en la autopsia fue la ausencia de cardiopatía (19%), seguido por las hipertrofias cardiacas.
Conclusiones
Valorando los estudios comentados, hay varios resultados que debemos destacar. Es llamativo que, en uno de los estudios, el 63% de las autopsias no mostraron anomalía cardiaca, cosa muy extraña porque en la gran mayoría de investigaciones se ha encontrado alguna enfermedad del corazón, incluso siendo deportistas jóvenes. El conocimiento de las causas de la muerte súbita nos puede permitir hacer diagnósticos precoces y conseguir evitar el desenlace fatal. Sin embargo, cuando no se encuentran anomalías cardiacas, es más difícil hacer la prevención porque habría que detectar la arritmia severa con anterioridad.
Es importante hacer mención de la incidencia de muerte súbita en deportistas no competitivos. Hacer ejercicio físico recreacional tiene también sus riesgos. Los atletas profesionales suelen someterse a valoraciones médicas. Sin embargo, las personas no deportistas suelen realizar ejercicio sin controles médicos previos. Habría que desarrollar protocolos de valoración médica para estas personas si queremos reducir la incidencia de muerte súbita.
Por último, es de destacar que, a medida que se ha ido avanzando en el tiempo, se ha logrado reducir la mortalidad por parada cardiaca en los deportistas. Esto ha sido posible gracias a la expansión de las medidas de reanimación cardiopulmonar y al uso del desfibrilador automático externo. Pero todavía es necesario ampliar el conocimiento de la reanimación a la mayoría de la población. Asimismo, se debe extender aún más la instalación de desfibriladores en lugares públicos.