El corazón del fumador tiene más riesgo de complicaciones a medida que se va prolongando el tiempo del tabaquismo. Hay una gran evidencia científica sobre los efectos nocivos que el tabaco tiene sobre el corazón. Ya desde los primeros estudios en los años 60 y 70 del siglo pasado, se observó las consecuencias negativas que el fumar tenía sobre el corazón y las arterias. Debido a ello, por entonces se comenzaron a aplicar políticas sanitarias enfocadas a reducir el consumo de tabaco.
Efectos sobre el corazón del fumador
Los productos que contiene el humo del tabaco, principalmente la nicotina y el monóxido de carbono, producen efectos lesivos sobre el sistema cardiovascular, como son el aumento de la presión arterial, de la agregación plaquetaria y del colesterol de la sangre, así como daño de la pared de las arterias y aceleración de la arteriosclerosis.
La consecuencia final de todo esto es que las arterias coronarias se obstruyen, debido al crecimiento de placas de ateroma en su pared, lo cual da lugar a que se reduzca el riego sanguíneo hacia el miocardio y, por lo tanto, a que se desarrolle angina de pecho e infarto. La falta de riego sanguíneo hacia el músculo cardiaco y los infartos conducen a que el corazón se dilate y disminuya su contractilidad. Este corazón con arteriosclerosis coronaria y lesiones miocárdicas podríamos llamarlo «corazón del fumador».
Se sabe que fumar con regularidad provoca lesiones cardiovasculares a largo plazo. Los productos del humo del tabaco van lesionando lentamente las arterias. Sin embargo, hay también estudios que demuestran que los efectos agudos del tabaco pueden tener consecuencias graves. Se ha observado que en personas que han tenido un infarto, el tamaño de los trombos es mayor si en las horas previas habían fumado.
Cuanto mayores son los trombos más extensos son los infartos de miocardio. Esto viene a resaltar aún más la necesidad de abandonar el tabaco y no dejarlo para más tarde. No debe pensarse que siempre hay tiempo para dejar de fumar y que a una edad algo mayor puede uno salvarse de todos los efectos negativos que tiene el tabaco sobre la salud, pues un sólo cigarrillo puede tener graves consecuencias.
Algunas personas creen estar más protegidas cuando fuman cigarrillos con bajo contenido en nicotina o por fumar puros o en pipa. Sin embargo, está demostrado que todas las formas de tabaco son nocivas para la salud cardiovascular. Además, no sólo el fumar tiene consecuencias negativas, también el masticar tabaco o inhalar el humo como fumador pasivo aumenta el riesgo de sufrir un infarto de miocardio.
Los efectos del tabaco sobre el corazón se relacionan directamente con la cantidad consumida, independientemente de la forma de administración. Las consecuencias son peores cuanto más precozmente se inicial el consumo y afectan más a los hombres que a las mujeres. Aunque el abandono del tabaco se sigue de una mejoría de la salud en poco tiempo y el peligro de sufrir un infarto disminuye drásticamente, el riesgo continúa durante años, sobre todo en los grandes fumadores. Sin embargo, debe tenerse presente que nunca es tarde para dejarlo. El corazón del fumador lo agradecerá.