Dieta alcalina

Dieta alcalina

Alimentación

La dieta alcalina, también conocida como dieta ácido-alcalina, se ha popularizado por haber sido utilizada por personajes famosos con la intención de perder peso y mantener un cuerpo saludable. Además, se le han achacado otras propiedades, como la prevención de la artritis y el cáncer.

El efecto de la dieta alcalina se basa en la teoría de que algunos alimentos, como la carne, el trigo, el azúcar refinado y los alimentos procesados, llevan componentes que dan lugar a la formación de ácidos en el cuerpo, lo cual puede ser perjudicial para la salud. La dieta alcalina pretende ayudar al organismo a mantener el nivel de equilibrio ácido-alcalino adecuado, principalamente en la sangre.

 

Alimentos de la dieta alcalina

La dieta alcalina se basa en el consumo de abundantes frutas, verduras y agua, y en evitar el azúcar, las proteínas animales (carne, leche, queso, etc), el alcohol y los alimentos procesados. Esta dieta ha demostrado ser efectiva para la pérdida de peso. Además, se ha observado que la dieta alcalina permite prevenir los cálculos renales, mantener los huesos y músculos fuertes, mejorar la salud del corazón y la función del cerebro, reducir el dolor de espalda y disminuir el riesgo de cáncer de colon y de diabetes tipo 2.

En las recomendaciones de la dieta alcalina se destaca que la alimentación debe basarse en el consumo de frutas, verduras, frutos secos, semillas, legumbres, soja y, en general, todos los vegetales con propiedades alcalinizantes. Se deben evitar los lácteos, los huevos, la carne y la mayoría de los granos y alimentos procesados, como aperitivos enlatados y envasados, ya que suelen ser promotores de ácidos.

Asimismo, se recomienda evitar el alcohol y el café. Los alimentos con mayores propiedades alcalinizantes son: espinacas, plátanos, apio, zanahorias, albaricoques, patatas, coliflor, rábanos, cerezas, tomates, judías verdes, avellanas, calabacín, vino, manzanas, sandía, brócoli y espárragos.

 

El ácido y la dieta alcalina

El cuerpo humano requiere para sobrevivir un nivel de pH (equilibrio entre los ácidos y los alcalis) bastante estable, con un rango relativamente estrecho, que en el suero es de 7,35 a 7,45. Se trata, pues, de un pH ligeramente alcalino (el pH neutro es 7). Se sabe que los cambios del pH del medio ambiente tienen importantes consecuencias sobre la salud de los seres vivos. Así, el aumento de la industrialización ha hecho que se reduzca el pH del océano, debido al aumento de la deposición de CO2, lo que ha tenido un impacto negativo en la vida marina.

Por otro lado, los cambios en el pH del suelo tienen una influencia considerable en el contenido mineral de los alimentos vegetales. El pH ideal del suelo para la mejor disponibilidad general de nutrientes esenciales debe estar entre 6 y 7. Los suelos con un pH inferior a 6 tienen menos calcio y magnesio, y los que tienen un pH superior a 7 contienen poco hierro, manganeso, cobre y zinc. El tratamiento del suelo para la agricultura industrial, así como la contaminación, influyen en el contenido de minerales y sobre el pH de la tierra.

Desde la antigüedad hasta la actualidad se ha observado un cambio en el contenido mineral de la tierra que ha tenido consecuencias sobre la dieta. Se ha producido una disminución en la cantidad de potasio, en comparación con la de sodio, y un aumento en la cantidad de cloruro, en comparación con el bicarbonato, en los alimentos. La relación entre el potasio y el sodio se ha invertido, ya que antiguamente era de 10 a 1, mientras que la dieta moderna tiene una proporción de 1 a 3.

 

La dieta y la acidez del cuerpo

La dieta actual de los seres humanos es pobre en magnesio, potasio y en fibra, y rica en grasas saturadas, azúcares simples y cloruro de sodio. Esta dieta puede inducir acidosis metabólica, la cual tiene consecuencias negativas sobre la salud. Los cambios en el pH sanguíneo se reflejan en la orina. En ella, si el pH se reduce, aumenta el calcio, el ácido úrico y el fosfato, lo que resulta en un mayor riesgo de cálculos renales.

El pH del cuerpo varía considerablemente de un área a otra. La acidez más alta se encuentra en el estómago, la cual sirve para la digestión y como protección frente a la llegada de gérmenes. Pero en el interior de la pared del estómago ya no hay acidez, sino un ambiente relativamente alcalino, lo que evita que la mucosa se lesione. La pérdida de esta protección alcalina favorece la aparición de úlceras gastroduodenales.

La piel también tiene un pH ácido, que proporciona una barrera protectora frente a las agresiones del medio ambiente. Esto también se observa en la vagina, donde un pH ácido protege contra el crecimiento excesivo de los microbios.

El pH de la orina varía según las necesidades del cuerpo, ya que la orina es el medio de eliminación de los residuos del metabolismo. Si se produce un exceso de ácido en el cuerpo, la orina expulsará más residuos ácidos. Y, al contrario, la orina puede llegar a ser alcalina si el cuerpo produce demasiados residuos alcalinos. De esta forma, la eliminación de ácidos y álcalis con la orina permite mantener el equilibrio del ambiente interno.

Otro de los principales mecanismos compensatorios que intervienen en el mantenimiento del pH de la sangre es el respiratorio. Cuando hay acidosis, se expulsa más CO2 con la respiración, lo que permite reducir la acidez del suero. Y a la inversa, si hay alcalosis se disminuye la espiración de CO2, con lo que se mantiene más ácido en la sangre.

 

Efectos de la dieta alcalina

Se ha sugerido que la dieta alcalina puede prevenir una serie de enfermedades y resultar beneficiosa para la salud. En algunos estudios se ha observado que la dieta alcalina puede reducir la pérdida mineral en los huesos y prevenir la osteoporosis, el dolor de espalda y las fracturas óseas. Se ha observado que consumiendo abundantes alimentos con carga alcalina se produce un balance positivo de calcio y un aumento de la hormona del crecimiento.

Existen evidencias de que la relación entre el sodio y el potasio influye significativamente. La importante cantidad de sal en la dieta moderna es perjudicial. Dietas altas en proteínas pueden también crear un ambiente ácido y afectar la salud ósea. Pero un poco de proteína siempre es necesario para la buena salud de los huesos. La dieta alcalina, al aumentar el pH de la orina, reduce la concentración de calcio, ácido úrico y fosfato, con lo que disminuye el riesgo de desarrollar cálculos urinarios.

 

Beneficios

No todos los estudios realizados con dieta alcalina han dado resultados beneficiosos para la salud. Existen dudas sobre las verdaderas consecuencias de este tipo de dieta en la prevención de las enfermedades. Sin embargo, sabiendo los cambios que produce la dieta alcalina en el organismo podemos destacar una serie de posibles beneficios para la salud, como son los siguientes:

1. El aumento en el consumo de frutas y verduras en la dieta alcalina mejoraría la relación entre el potasio y el sodio, lo que puede beneficiar al hueso, reducir la pérdida de masa muscular, así como mitigar otras enfermedades crónicas como la hipertensión y los accidentes cerebrovasculares.

2. El incremento del magnesio intracelular, necesario para muchos sistemas enzimáticos, da lugar a la activación de la vitamina D y otros sistemas hormonales.

3. El aumento de la hormona de crecimiento producido por la dieta alcalina puede tener como consecuencia la prevención de la enfermedad cardiovascular y la demencia.

4. La alcalinidad puede resultar en un beneficio añadido para algunos agentes quimioterápicos que requieren un pH más alto.

5. La dieta alcalina podría retrasar el envejecimiento y reducir la morbilidad y la mortalidad de las enfermedades crónicas que aparecen al avanzar la edad.

 

Conclusión

En conclusión, aunque no están demostrados científicamente todos los beneficios que se le achacan a la dieta alcalina, lo que parece claro es que no es perjudicial para el organismo y puede ser beneficiosa para prevenir algunas enfermedades. Una de las primeras consideraciones a tener en cuenta con la dieta alcalina, la cual incluye abundantes frutas y verduras, es saber en qué tipo de suelo se cultivaron, ya que esto puede influir significativamente en el contenido mineral de los vegetales, por lo que se podrían estar consumiendo sin que realmente sirvan para aumentar la carga alcalina.

Se necesitan más estudios en los que se tengan en cuenta estas consideraciones. Utilizando una verdadera alimentación alcalina, se debe demostrar sus efectos. Sus beneficios sobre huesos, músculos, hormona de crecimiento, vitamina D, aparición de cálculos renales, y prevención de las enfermedades cardiovasculares, la demencia y el cáncer.

Sin embargo, los datos que tenemos actualmente permiten asegurar que la dieta alcalina puede ser beneficiosa para tu salud. Por lo tanto, apúntate los alimentos más alcalinos, que hemos mencionado en este artículo, y comienza a consumirlos con más frecuencia; tu cuerpo te lo agradecerá.