El estudio electrofisiológico es una prueba en la que se introducen catéteres especiales, que detectan la electricidad del corazón y permiten obtener registros gráficos de la misma. Se usa para poder estudiarla y, así, diagnosticar las alteraciones del ritmo cardiaco (arritmias). Mediante el registro que se obtiene se pueden apreciar las diferentes ondas eléctricas del corazón y sus anomalías en caso de que existan, como son las conducciones anormales, las taquiarritmias y los bloqueos.
¿Para qué se utiliza?:
El estudio electrofisiológico permite registrar la actividad eléctrica del corazón, por lo que se utiliza para el diagnóstico de las arritmias y bloqueos cardiacos. Permite detectar la presencia de anomalías en la electricidad del corazón y valorar la necesidad de medicación antiarrítmica, marcapasos o desfibrilador cardioversor implantable. También se puede utilizar para valorar el efecto de los medicamentos antiarrítmicos. Además, es un técnica que permite el tratamiento directo de determinadas arritmias y vías de conducción anómala. Es lo que se denomina ablación cardíaca, en la que se aplican unas ondas de energía que lesionan la zona donde se origina o se conduce la electricidad que produce la arritmia.
¿Cómo se realiza?:
El estudio electrofisiológico se lleva a cabo en una sala especial, que es un pequeño quirófano, que se suele llamar laboratorio de electrofisiología. Al paciente se le coloca en una camilla y se le suele sedar ligeramente, aunque se le mantiene despierto en todo momento. Se le inyecta anestesia local para evitar el dolor de la punción. Los catéteres, generalmente entre 3 y 5, se introducen por las venas y arterias de la ingle, los brazos o el cuello, y se avanzan hasta llevarlos al corazón. Los catéteres utilizados aquí son cables con electrodos que conducen la electricidad.
Una vez colocados en el corazón, se hace un registro de la actividad eléctrica cardiaca. En la mayoría de los casos es necesario aplicar estímulos en el corazón para valorar la conducción eléctrica y para provocar las posibles arritmias. Determinadas arritmias se pueden tratar mediante ablación, en la que se aplican ondas de energía a través de los catéteres-electrodo, con la intención de lesionar la zona que genera o conduce el estímulo eléctrico que causa la arritmia.
¿Cuáles son sus beneficios y riesgos?:
El estudio electrofisiológico es una técnica muy útil en el diagnóstico y tratamiento de determinadas arritmias. Destaca, sobre todo, en el tratamiento, mediante ablación, de las taquicardias supraventriculares y la fibrilación auricular. El tratamiento de vías anómalas de conducción eléctrica mediante ablación, como ocurre en el síndrome de Wolf-Parkinson-White, permite la curación de la enfermedad. Asimismo, el estudio electrofisiológico es muy útil en el diagnóstico de las arritmias ventriculares graves. En estas puede estar indicada la implantación de un desfibrilador para revertir la posible fibrilación ventricular que provoca la muerte súbita.
Como todo procedimiento invasivo, el estudio electrofisiológico tiene sus riesgos, aunque generalmente las complicaciones graves son poco frecuentes. En raros casos se producen bloqueos o arritmias graves no buscadas, aunque en estos casos es posible revertir el problema aplicando un tratamiento eléctrico a través de los mismos catéteres o por vía externa.
Existe la posibilidad de formación de coágulos de sangre sobre los catéteres, los cuales pueden desprenderse y producir embolias, aunque habitualmente se administra heparina para prevenir este posible inconveniente. Otras complicaciones que pueden producirse en el estudio electrofisiológico son el sangrado y los hematomas en el sitio de punción. Así mismo, también es posible la infección en las zonas donde se introducen los catéteres, que a veces llegan a la sangre y dan lugar a sepsis, aunque esto es poco frecuente.