Hace poco me dio un dolor en el pecho y me encontraba mal, por lo que acudí al hospital y me diagnosticaron un infarto agudo de miocardio. Me llevaron urgente a la sala de hemodinámica y me realizaron una angioplastia.
El infarto de miocardio se produce por la obstrucción de una arteria coronaria, generalmente por un coágulo que se forma sobre una placa de ateroma que se ha roto. Al obstruirse la arteria, no llega sangre al miocardio y las células se mueren.
Pero todas las células no mueren inmediatamente, pues logran resistir algún tiempo, habitualmente unas horas, por lo que, si la arteria se abre pronto, se logra evitar la extensión de la zona infartada. Por ello, es importante acudir precozmente al hospital cuando se presentan síntomas compatibles con un infarto de miocardio, generalmente cuando se siente dolor en el tórax.
Para la angioplastia se emplea un catéter especial, el cual posee un pequeño balón en su extremo, que se introduce por una arteria, la mayoría de las veces la arteria femoral, y se lleva hasta el lugar donde está la obstrucción coronaria, la cual se atraviesa y allí se hincha el balón para dilatarla.
La angioplastia es el método más eficaz actualmente para limitar el tamaño del infarto. Cuando no es posible realizarla, se utiliza la trombolisis, que consiste en inyectar por una vena un fármaco que destruye el coágulo que está obstruyendo la arteria coronaria.
El gran riesgo de la fase aguda del infarto de miocardio es la aparición de complicaciones graves, tales como el edema agudo de pulmón y, sobre todo, las arritmias ventriculares, las cuales pueden llevar a la muerte del paciente. Si estas complicaciones no ocurren o se logra superarlas, lo más importante entonces es el tamaño de la zona infartada, pues, cuanto más extensa sea, mayor será la limitación que queda en el funcionamiento del corazón.
Mi infarto fue de tamaño moderado y he quedado con una ligera limitación para hacer esfuerzos, pero me parece que puedo hacer una vida aceptable. Peor quedó mi compañero de habitación, que llegó tarde al hospital, la angioplastia se retrasó demasiado y quedó con una función cardiaca muy deteriorada; ahora tiene dificultad para respirar en cuanto hace un pequeño esfuerzo.
Me dijeron que el pronóstico de mi enfermedad depende mucho de lo que me cuide en el futuro. El tabaco queda eliminado totalmente, pues es la medida más efectiva de todas. Tendré que llevar una dieta pobre en grasas saturadas y sal. Estoy haciendo una hora de ejercicio ligero todos los días. Me tengo que tomar varios medicamentos a diario y debo seguir revisiones periódicas con el cardiólogo. Si sigo todas estas medidas a rajatabla, podré llegar a viejo como cualquier persona. Siempre se pueden producir complicaciones en el futuro, pero, si no me cuido, seguro que no llego.