Hipertrigliceridemia

Hipertrigliceridemia

Colesterol

La hipertrigliceridemia es una alteración en la que en el análisis de sangre se observa un aumento de los triglicéridos, los cuales son un tipo de grasa; se considera que están elevados cuando su concentración sérica es superior a 150 mg/dl.

Aunque la hipertrigliceridemia no parece ser tan nociva como el aumento del colesterol, también puede producir complicaciones importantes. Es una alteración muy extendida, aunque es poco conocida. Afecta a un importante número de personas, sobre todo a las de mayor edad, los obesos y los diabéticos.

 

¿Cuáles son las causas de la hipertrigliceridemia?

La causa exacta de la misma es desconocida en la mayoría de los casos, aunque existen formas hereditarias causadas por déficit de alguna de las enzimas que intervienen en el metabolismo de las grasas. Las hipertrigliceridemias primarias son hereditarias y debidas a alguna alteración enzimática: Hiperquilomicronemias primarias por déficit de lipoproteinaliasa o de su activador, la apolipoproteína C-II; Hipertrigliceridemia familiar, de herencia autosómica dominante; Disbetalipoproteinemia, de herencia autosómica recesiva, en la que aumentan los triglicéridos y el colesterol; Hiperlipidemia familiar combinada, de herencia autosómica dominante, en la que aumentan los triglicéridos y el colesterol.

Las hipertrigliceridemias secundarias son habitualmente causadas por alguno de los siguientes factores: diabetes tipo 2; obesidad; consumo de alcohol; dieta rica en azúcares simples; tratamiento con estrógenos, retinoides, tiacidas, bloqueadores beta o antirretrovirales; enfermedades inflamatorias, infecciosas y autoinmunes; hipotiroidismo; gammapatías monoclonales; linfomas; síndrome de inmunodeficiencia adquirida; insuficiencia renal; hepatitis aguda.

 

¿Cuáles son los síntomas de la hipertrigliceridemia?

El aumento de los triglicéridos puede terminar lesionando las arterias, pero suele permanecer largo tiempo sin producir síntomas. La hipertrigliceridemia puede dar lugar a síntomas cuando los triglicéridos se elevan excesivamente, pudiendo aparecer xantomas eruptivos, acúmulo de grasa en la retina, trombosis vasculares retinianas y pancreatitis aguda.

Sin embargo, lo habitual es que los triglicéridos se mantenga elevados de forma ligera a moderada, sin producir síntomas inicialmente, pero, a lo largo de los años, va deteriorando las arterias de los diferentes órganos, sobre todo las arterias coronarias, las del cerebro y las de los riñones. Las lesiones de estos órganos pueden llevar a la muerte al paciente y, de ahí, la importancia de controlar la hipertrigliceridemia.

 

¿Cómo se hace el diagnóstico de la hipertrigliceridemia?

El diagnóstico de la hipertrigliceridemia es fácil de hacer mediante un análisis de sangre. Habitualmente, la determinación de triglicéridos se suele solicitar junto a los otros componentes lipídicos de la sangre, como son el colesterol total, LDL y HDL. Se considera que la concentración de triglicéridos en suero es normal cuando es inferior a 150 mg/dl. Los valores de 300 mg/dl o superiores se consideran significativamente elevados y deben recibir tratamiento farmacológico.

 

¿Cuál es el tratamiento?

Las medidas de tratamiento comienzan con los cuidados de propio paciente, pues es importante que reduzca el consumo de grasas, azúcares y alcohol, que lleve en general una dieta sana y que practique ejercicio físico regularmente. Esto puede normalizar los niveles de triglicéridos en muchos pacientes.

Sin embargo, en algunos es necesario el tratamiento farmacológico, fundamentalmente cuando su concentración en suero es de 300 mg/dl o más. Existen varios tipos de fármacos que reducen los triglicéridos de forma efectiva, aunque no están exentos de efectos secundarios.

A pesar de ello, suelen ser bien tolerados y permiten disminuir los triglicéridos a niveles normales, con lo que se reduce el riesgo de complicaciones por la hipertrigliceridemia. Toda persona que presente triglicéridos elevados debe ponerse en contacto con su médico, para que haga un estudio básico y le indique el tratamiento más apropiado.

Algunas personas mantienen elevados los triglicéridos a pesar de seguir una dieta baja en grasas y practicar ejercicio físico. Se recomienda también que la dieta sea rica en ácidos grasos omega-3, los cuales reducen los triglicéridos y aumentan el HDL. Para ello, se debe aumentar el consumo de pescado y frutos secos. Si no es suficiente, se puede añadir un preparado comercial de omega-3.

En las personas que no se consigue reducir los triglicéridos a valores aceptables, generalmente por debajo de 300 mg/dl, se recomienda añadir un fármaco que reduzca los triglicéridos, principalmente los llamados «fibratos». En pacientes con hipertrigliceridemia y enfermedad arterial, sobre todo si tienen HDL bajo, puede ser aconsejable intentar reducir los triglicéridos a valores inferiores, más próximos al límite normal (150 mg/dl).