La relación entre la insuficiencia aórtica y el ejercicio físico pueden condicionar significativamente al deportista. La insuficiencia aórtica puede conllevar la limitación del ejercicio físico. La insuficiencia aórtica se produce cuando la válvula aórtica no cierra completamente. Esto permite la regurgitación de la sangre desde la aorta al ventrículo izquierdo durante la diástole. Las causas más frecuentes son la válvula aórtica bicúspide, la valvulopatía reumática, la dilatación idiopática (causa desconocida) o hipertensiva de la aorta y el síndrome de Marfan.
La sobrecarga de volumen que conlleva la insuficiencia aórtica crónica produce dilatación del ventrículo izquierdo. Esto puede conducir a depresión de la contractilidad. El proceso es lento y el individuo suele permanecer sin síntomas durante años. En esta fase, el diagnóstico se hace por la auscultación de un soplo y la realización de un ecocardiograma.
Insuficiencia aórtica y ejercicio físico
El paciente con insuficiencia aórtica ligera a moderada suele permanecer sin síntomas. En estos casos, se suele tolerar bien el ejercicio físico. Sin embargo, cuando la dilatación del ventrículo izquierdo aumenta, puede producirse limitación con los esfuerzos mayores. Esto es más probable si ya hay disminución de la contractilidad.
El entrenamiento de los atletas puede producir dilatación fisiológica (normal) del ventrículo izquierdo. Esto puede hacer que sea difícil diferenciarla de la secundaria a la insuficiencia aórtica. Sin embargo, un diámetro telediastólico (al final de la diástole) del ventrículo izquierdo superior a 60 mm en hombres o 55 mm en mujeres debe hacer sospechar dilatación patológica. En estos casos, los deportistas deben ser valorados y vigilados más estrechamente.
Un parámetro importante a evaluar es la fracción de eyección (medida de la contractilidad o función sistólica) del ventrículo izquierdo. Se considera significativa una fracción de eyección inferior al 50%, ya que indica disfunción sistólica. Asimismo, el diámetro telesistólico (al final de la sístole) del ventrículo izquierdo también es un parámetro valioso en la evaluación. Cuando es superior a 50 mm en el hombre o 40 mm en la mujer, puede indicar que existe disfunción sistólica ventricular.
Todos los atletas con insuficiencia aórtica deben ser sometidos anualmente a ecocardiograma y prueba de esfuerzo. Con esto se conocerán los diámetros ventriculares, la fracción de eyección y la respuesta al ejercicio físico. Asimismo, se puede medir el diámetro de la aorta, ya que en algunos pacientes se produce dilatación de la misma.
Recomendaciones
- Los atletas con insuficiencia aórtica de leve a moderada, fracción de eyección normal, sin dilatación del ventrículo izquierdo (diámetro telediastólico inferior a 60 mm en el hombre y 55 mm en la mujer) y buena tolerancia al ejercicio, pueden participar en todos los deportes de competición.
- Los deportistas con insuficiencia aórtica de leve a moderada, fracción de eyección normal, dilatación ligera del ventrículo izquierdo, diámetro telesistólico inferior a 50 mm en hombres y 40 mm en mujeres, y buena tolerancia al ejercicio, pueden participar en todos los deportes de competición.
- Los atletas con insuficiencia aórtica severa, fracción de eyección normal, sin dilatación del ventrículo izquierdo (diámetro telediastólico inferior a 60 mm en el hombre y 55 mm en la mujer), diámetro telesistólico inferior a 50 mm en hombres y 40 mm en mujeres, y buena tolerancia al ejercicio, pueden participar en todos los deportes de competición. Sin embargo, deben ser sometidos a vigilancia estrecha y confirmación de que no hay aumento de los diámetros ventriculares ni empeoramiento de la función sistólica ventricular.
- Los deportistas con insuficiencia aórtica severa no deben participar en deportes de competición si tienen síntomas, dilatación importante del ventrículo izquierdo (diámetro telediastólico mayor de 70 mm en hombres o de 65 mm en mujeres), diámetro telesistólico superior a 50 mm o mala tolerancia al ejercicio.
- Los atletas con insuficiencia aórtica y diámetro de la aorta de 45 mm o menos pueden participar en deportes de competición, pero sin contacto corporal significativo y con bajo riesgo de traumatismos.