La droga burundanga, conocida científicamente como «escopolamina» o «hioscina», ha sido noticia en algunos momentos por haberse asociado a violaciones y robos. Parece ser que los efectos que produce la burundanga en el organismo llevan a la «sumisión química» de la persona que la consume.
Hay muchos casos publicados sobre mujeres drogadas sin su conocimiento con esta sustancia. La droga se introduce en alguna bebida o alimento sin que la mujer se percate. Algunas han denunciado que han sido violadas, sin oponer resistencia por estar drogadas. Igualmente, personas mayores han sufrido robos con el mismo método. El individuo permite el acto debido a la sumisión que produce la burundanga.
Sin embargo, ese no es el mayor riesgo de esta droga. Los efectos de la misma sobre el organismo pueden ser graves y llevar, incluso, a la muerte. La escopolamina es un agente anticolinérgico, es decir, que antagoniza la acción del sistema nervioso parasimpático. Por ello, el efecto principal que la escopolamina tiene sobre el corazón es el aumento de la frecuencia cardiaca, pudiendo producir taquicardias, a veces graves.
Origen de la droga burundanga
Pero la burundanga no es una droga nueva. Las principales plantas de las que se obtiene son las del género «datura», las cuales se puede encontrar en muchos lugares de clima templado, creciendo con facilidad en diferentes tipos de suelos. Las plantas del género datura no solo contienen escopolamina, sino también otros alcaloides con efectos similares, como la atropina. La escopolamina y, sobre todo, la atropina se usan como fármacos anticolinérgicos.
Las plantas de datura son hierbas o arbustos venenosos, de color verde, que no son consumidos por la mayoría de los animales, aunque hay algunas aves que son indemnes a su veneno. Sus flores son como trompetillas de color blanco, amarillento, rojizo, azulado o violáceo. Sus frutos son ovoides, verdes y están cubiertos de espinas. El nombre de datura proviene del hindi y significa «manzana espinosa» por el aspecto de sus frutos. En su interior están llenos de pequeñas semillas inicialmente blancas que, al secarse, se vuelven marronáceas, al igual que todo el fruto.
Las semillas de la datura han sido utilizadas en infusión para producir un brebaje de aspecto parecido al del té, que contiene escopolamina y atropina, y que a dosis baja ha sido empleado como droga, conocida con el nombre de «té del diablo». Algunos hacen la infusión con los floripondios y también se le ha llamado «hierba del diablo» o «hierba loca».
Uso médico de la droga burundanga
En Medicina, la escopolamina se utiliza en la preparación de la anestesia; en el tratamiento de las náuseas, vómitos y diarrea; para la disminución de la hipermotilidad e hipertonía del tracto gastrointestinal en el síndrome de colon irritable, disentería, diverticulitis y espasmo del piloro; en el tratamiento de los espasmos del tubo digestivo, de las vías biliares y del tracto genitourinario; en la prevención del mareo; y para dilatar la pupila en el examen del fondo de ojo en Oftalmología.
Las reacciones adversas de la escopolamina usada a dosis terapéuticas son debidas a su efecto anticolinérgico. Estas reacciones se relacionan con la dosis y habitualmente ceden cuando se interrumpe el tratamiento. Las más frecuentes son la sequedad de boca, dificultad para tragar, estreñimiento, somnolencia, disminución de la sudoración y visión borrosa. También puede producir retención urinaria, disminución de las secreciones en general y taquicardia.
La droga
La dosis de la burundanga es más alta cuando es utilizada como droga. A veces, el individuo consume cantidades verdaderamente tóxicas, debido a la dificultad de estimar la cantidad idónea que se debe tomar. Se puede utilizar en polvo, inhalada, en forma de infusión o añadida a alimentos.
El individuo que toma dosis altas de burundanga sufre disminución de las secreciones corporales, por lo que presenta sequedad de garganta y boca. Debido a ello, tiene dificultad para tragar y para hablar. También disminuyen las secreciones del estómago e intestino. El efecto sobre las musculatura del tubo digestivo da lugar a estreñimiento. Sin embargo, a dosis tóxica pueden producirse vómitos y diarrea.
La inhibición del efecto del nervio vago sobre el corazón produce taquicardia, que suele ser sinusal (normal), pero pueden llegarse a desencadenar taquicardias patológicas, tanto supraventriculares como ventriculares. A veces, la intoxicación se acompaña de hipertensión arterial. En los casos más graves, la burundanga puede terminar produciendo fibrilación ventricular y provocar la muerte.
El efecto sobre el aparato urinario conduce a retención de orina, aunque a dosis tóxica puede producir incontinencia urinaria. Las pupilas se dilatan, lo que da lugar a visión borrosa. En la piel suele producirse disminución de la sudoración y vasodilatación, observándose enrojecimiento y aumento de la temperatura, a veces causando fiebre.
Los efectos de la burundanga sobre el sistema nervioso central son los que hacen que sea usada como droga, ya que produce sedación y euforia. Sin embargo, a dosis mayores da lugar a desorientación, fabulaciones, delirio y alucinaciones. En casos extremos se llega a la obnubilación y el coma, pudiendo llevar a la muerte.
La burundanga produce un estado de pérdida de voluntad y amnesia (pérdida de memoria) transitoria, que es lo que más fama le ha dado, pues es lo explica la sumisión química. El individuo drogado suele aceptar y realizar las indicaciones de otras personas, y posteriormente no recuerda bien lo ocurrido.
Toxicidad de la burundanga
Las personas que consumen burundanga periódicamente pueden llegar a presentar efectos tóxicos crónicos, sobre todo neuropsiquiátricos, como psicosis, pérdida de memoria, demencia, depresión, ansiedad y temblores.
En caso de intoxicación por burundanga, el tratamiento se basa en el lavado gástrico, suministrar carbón activado por sonda nasogástrica, administrar manitol o sulfato de magnesio y diminuir la fiebre con medios físicos. Puede ser necesario dar sedantes en caso de agitación o convulsiones. Si se producen arritmias cardiacas, se usan los correspondientes antiarrítmicos. En caso de arritmias ventriculares graves puede emplearse lidocaína. La administración de fisostigmina, la cual antagoniza el efecto anticolinérgico de la escopolamina, se reserva para los pacientes con taquicardia supraventricular, convulsiones, agitación grave o coma.