Marcapasos

Marcapasos

Tratamientos

El marcapasos se utiliza para dar estímulos eléctricos al corazón cuando este lo necesita. El estímulo eléctrico normal del corazón se origina en el nodo sinusal, el cual se encuentra en la parte alta de la aurícula derecha. Desde allí se extiende por las aurículas y llega al nodo aurículo-ventricular. Atravesando este, continúa por dos ramas, izquierda y derecha, a través de las cuales el estímulo eléctrico se distribuye por los ventrículos.

Aunque hay diferentes motivos por los que puede ser necesario un marcapasos, su principal indicación es cuando el corazón late lentamente. Esto puede ser porque no se genera el estímulo a suficiente frecuencia en el nodo sinusal. También cuando el estímulo se bloquea antes de llegar a los ventrículos. La finalidad del marcapasos es proveer el estímulo eléctrico a suficiente frecuencia para mantener un ritmo normal de contracción cardiaca.

 

El dispositivo

Un marcapasos es un pequeño dispositivo que habitualmente se coloca en la parte alta del tórax, por debajo de la clavícula izquierda, que utiliza impulsos eléctricos para hacer latir al corazón a un ritmo normal. Los marcapasos se pueden utilizar para tratar diferentes arritmias. Sin embargo, su principal indicación son las anomalías cardiacas en las que el corazón late a una frecuencia muy baja, generalmente a menos de 35 latidos por minuto.

Las personas que tienen este problema suelen sufrir mareos e, incluso, síncope. También pueden referir fatiga y dificultad respiratoria. Todos estos síntomas son causados porque el corazón no bombea suficiente sangre para suplir las necesidades de los órganos y tejidos. El marcapasos permite aliviar los síntomas comentados y puede ayudar al paciente a llevar un estilo de vida más activo.

El marcapasos está constituido por un dispositivo central, el generador, y unos cables a través de los cuales se transmite el estímulo eléctrico hasta el corazón. El generador contiene una batería, necesaria para obtener la energía eléctrica. Asimismo, posee un circuito eléctrico, que es el que se encarga de coordinar la emisión de los estímulos eléctricos. Dentro del circuito existe un sistema de memoria, en el cual se almacena la programación del marcapasos.

En la memoria del marcapasos se especifica la frecuencia de descarga de los impulsos, el voltaje de salida y la duración del impulso. Además otros parámetros más complejos, los cuales se utilizan para intentar hacer el funcionamiento del marcapasos lo más natural posible. Así, los marcapasos suelen poseer un sistema de detección de vibraciones, mediante el cual se puede suponer el grado de ejercicio que está realizando el paciente y, a partir de esta información, adecuar la frecuencia cardiaca a la situación.

El marcapasos puede tener uno o dos cables. Siempre hay un cable que llega al ventrículo, pues es la cámara más importante que hay que estimular para conseguir un funcionamiento cardiaco mínimo. Cuando se colocan dos cables, el otro sirve para estimular la aurícula. En este caso es necesario que el ritmo auricular sea homogéneo, pues la estimulación no funcionará en caso de fibrilación auricular.

 

Colocación del marcapasos

El marcapasos se coloca típicamente mediante una intervención quirúrgica simple, utilizando anestesia local. Al paciente se le puede dar un ansiolítico y es habitual administrarle un antibiótico para prevenir la infección de la herida. En la mayoría de casos, el marcapasos se inserta en el tórax, cerca del hombro izquierdo, por debajo de la clavícula izquierda, donde se hace una pequeña incisión y se crea una bolsa debajo de la piel, en la cual se colocará el generador del marcapasos.

El cable o los cables se introducen a través de la vena que va por debajo de la clavícula (vena subclavicular). Así se llevan hasta el corazón, guiándose el trayecto de los cables con imagen radiológica. El cable ventricular se coloca en la punta del ventrículo derecho, mientras que el cable auricular se enrosca en la pared de la aurícula derecha. La intervención no suele producir complicaciones y dura de 30 a 90 minutos.

Después de la operación, el paciente debe permanecer en reposo durante unas 24 horas y posteriormente comenzar su actividad física progresivamente, teniendo cuidado con la herida  y de no realizar movimientos bruscos. Una vez cicatrizado, podrá hacer una vida prácticamente normal. Posteriormente, deberá seguir unas revisiones en las que el marcapasos se comprueba utilizando un «programador» que se comunica con el dispositivo y permite a un profesional evaluar la integridad del sistema y determinar la configuración de la programación. Incluso, el marcapaso puede grabar en su memoria los cambios de ritmo que se hayan producido, por lo que es útil también para diagnosticar arritmias.

Dado que el marcapasos utiliza baterías, necesitará ser reemplazado cuando se agote la energía de las mismas, lo que suele ocurrir a los 8-10 años de su implantación, aunque depende del uso que se haga del mismo, pues el marcapasos solo funciona cuando el paciente lo requiere, es decir, cuando su frecuencia cardiaca baja por debajo de la frecuencia mínima programada en el marcapasos. Por ello, si una persona tiene contados episodios de frecuencia cardiaca lenta, el marcapasos entrará a estimular pocas veces y, por lo tanto, la batería se agotará menos, pudiendo en algunos casos llegar a durar hasta 12 años.

Sin embargo, en los pacientes que tienen una frecuencia cardiaca baja de forma mantenida, el marcapasos estará estimulando continuamente, por lo que la batería se agotará antes. La sustitución del marcapasos suele ser un procedimiento más simple que la inserción original, ya que normalmente no se requiere la sustitución de los cables, sino solo del generador. En este procedimiento se hace una incisión para llegar hasta el generador existente. Se separan los cables del mismo, se retira el generador, se coloca uno nuevo y se insertan los cables en él.

 

Vida con marcapasos

El estilo de vida de un paciente, por lo general, no se modifica en gran medida después de la implantación de un marcapasos. Hay algunas actividades que no se recomiendan, como los deportes de contacto, los ejercicios violentos o las actividades de riesgo. También se debe evitar cualquier situación que pueda producir golpes o compresión intensa sobre el área del generador del marcapasos. En este sentido, el paciente puede tener molestias con el cinturón del coche o si se cuelga una bandolera que pase sobre el marcapasos, aunque esto no suele producir inconvenientes en el dispositivo.

Por otro lado, dado que el marcapasos puede alterar su programación y su funcionamiento si es sometido a un campo magnético intenso, el paciente debe evitar los aparatos con alta energía eléctrica. Así, por ejemplo, no se recomiendan las actividades con aparatos de soldadura, el trabajo en centrales eléctricas o el ser sometido a radioterapia o a una resonancia magnética, aunque existen marcapasos que soportan perfectamente la resonancia. Los aparatos eléctricos domésticos (nevera, lavadora, microondas, lavavajilla, radio, televisor, etc) pueden causar interferencia en el marcapasos si el paciente se coloca muy cerca de los motores o de los circuitos de dichos aparatos, pero esto no es habitual, por lo que, generalmente, la vida en la casa no suele conducir a problemas con el marcapasos.

Los teléfonos móviles no parecen alterar al marcapasos, aunque se recomienda no colocarlos cerca del generador. Los imanes de los auriculares de los aparatos de música pueden causar interferencias con el marcapasos si se colocan muy próximos al mismo, sobre todo si son auriculares grandes, con imanes importantes. Los aparatos eléctricos utilizados por dentistas y odontólogos no parecen influir significativamente sobre el marcapasos.

 

Complicaciones

El paciente que recibe un marcapasos no suele sufrir grandes complicaciones. Lo más habitual es que sienta el lógico dolor inicial en la zona de implantación del generador; este dolor suele desaparecer con el tiempo, aunque algunas personas quedan con ligeras molestias crónicas. Las infecciones de la bolsa del marcapasos son posibles, pero poco frecuentes; más improbable es la infección de los cables, aunque es posible.

Es raro que durante el procedimiento se produzcan hemorragias importantes. Una vez implantado el marcapasos, el paciente no suele tener complicaciones en el futuro. Algunos pueden sentir los estímulos eléctricos sobre los músculos del tórax cercanos al generador. También en músculos internos como el diafragma, pero esto es muy poco frecuente. En conclusión, lo habitual es que el paciente no sufra complicaciones y tolere perfectamente el marcapasos. Suelen tener una calidad de vida bastante aceptable, incluso practicando ejercicio físico, y una esperanza de vida similar a la de una persona normal.