La mortalidad por tabaquismo es un hecho demostrado desde hace muchos años. En un estudio publlicado en enero de 2013 en New England Journal of Medicine, se valoró la situación actual en cuanto al riesgo de muerte por tabaquismo. La extrapolación de estudios realizados en la década de 1980, sugiere que el fumar causa el 25% de las muertes entre las mujeres y los hombres de 35 a 69 años de edad en los Estados Unidos.
Para valorar la situación actual, se realizó un estudio en el que se recogieron los datos sobre tabaquismo y abandono del tabaco en 113.752 mujeres y 88.496 hombres. La edad de los participantes era de 25 años de edad o más. Los datos se extrajeron de la Encuesta Nacional de Entrevistas de Salud de EE.UU, que se realizó entre 1997 y 2004. Se relacionaron estos datos con las causas de las muertes que se produjeron hasta el 31 de diciembre de 2006 (8.236 muertes en mujeres y 7.479 en hombres). Los cocientes de riesgo para la mortalidad entre los fumadores actuales, en comparación con aquellos que nunca habían fumado, se ajustaron por edad, nivel de estudios, obesidad y consumo de alcohol.
Resultados
Para los participantes que tenían de 25 a 79 años de edad, la tasa de muerte por cualquier causa en los fumadores actuales fue aproximadamente tres veces mayor que entre los que nunca habían fumado. La mayor parte del exceso de mortalidad entre los fumadores se debió a enfermedades neoplásicas, vasculares, respiratorias y de otro tipo que pueden ser causados por el tabaquismo.
La probabilidad de sobrevivir desde 25 a 79 años de edad fue de, aproximadamente, el doble en aquellos que nunca habían fumado que en los fumadores actuales (70% frente a 38% entre las mujeres y el 61% frente al 26% entre los hombres). La esperanza de vida se redujo en más de 10 años entre los fumadores actuales, en comparación con aquellos que nunca habían fumado. Los adultos que habían dejado de fumar de 25 a 34, 35 a 44, o de 45 a 54 años de edad, ganaron cerca de 10, 9 y 6 años de vida, respectivamente, en comparación con aquellos que continuaron fumando.
En conclusión, los fumadores pierden, por lo menos, una década de la esperanza de vida, en comparación con aquellos que nunca han fumado. Dejar de fumar antes de los 40 años de edad reduce el riesgo de muerte asociado con el tabaquismo continuado en un 90%.