El gobierno español está preparando en diciembre de 2021 una nueva ley antitabaco que restringirá aun más las situaciones donde se puede fumar. El objetivo final es lograr una reducción de hasta un tercio de la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles en 2030. Además, se pretende bajar la tasa de fumadores diarios en un 5% para 2040, y en un 7% en jóvenes de 14 a 18 años.
El humo del tabaco es el factor de riesgo modificable más importante para la enfermedad coronaria y la principal causa evitable de muerte en los países industrializados. Diferentes estudios observacionales han demostrado que fumar está asociado con la enfermedad de las arterias coronarias, el infarto de miocardio y la muerte cardiovascular.
Consecuencias del tabaquismo
En comparación con los no fumadores, las personas que fuman menos de un paquete al día tienen más de un 30% de mayor riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular. El efecto del tabaquismo en la progresión de las enfermedades ateroscleróticas está establecido y bien estudiado.
El tabaquismo también favorece la aparición de arritmias cardíacas a través de un mecanismo fisiopatológico complejo. La nicotina, que favorece la fibrosis del miocardio, el monóxido de carbono y el estrés oxidativo, y la enfermedad coronaria contribuyen a la generación de arritmias. Además, los fumadores que desarrollan enfermedad pulmonar obstructiva crónica por el tabaco también tienen mayor incidencia de arritmias cardiacas.
Está demostrado que el tabaco puede favorecer la aparición de lesiones en las arterias de muchas partes del cuerpo, por lo que puede conducir a diferentes complicaciones cardiovasculares. Las lesiones en las arterias de las extremidades inferiores, en la aorta y en las arterias renales pueden llevar a serias complicaciones.
Asimismo, fumar puede producir ateromatosis en las carótidas y las arterias cerebrales, lo que puede conducir a importantes problemas neurológicos. Hasta una cuarta parte de todos los accidentes cerebrovasculares son directamente atribuibles al tabaquismo, lo que aumenta de forma independiente el riesgo relativo de accidente cerebrovascular aproximadamente tres veces.
El tabaco puede también llevar a que el fumador termine padeciendo insuficiencia cardiaca. La causa de la insuficiencia cardíaca es heterogénea, pero una gran parte de la insuficiencia cardíaca es causada por enfermedad coronaria. Como el tabaquismo es una causa importante de enfermedad coronaria, contribuye al desarrollo de insuficiencia cardíaca, aunque también actúa a través de otros mecanismos menos estudiados. El tabaquismo es responsable de, al menos, el 17% de los casos de insuficiencia cardíaca.
Conclusión
Por todo lo comentado es muy importante conseguir que las personas abandonen el tabaco. A veces se consigue con la ayuda de fármacos antitabaco. Probablemente, la acción preventiva más efectiva que puede lograr un médico es hacer que sus pacientes dejen de fumar. En este sentido, la aplicación de leyes que favorezcan el abandono del tabaco y que eviten que los no fumadores inhalen el humo, contribuyen a que se reduzca la incidencia de las enfermedades cardiovasculares y sus complicaciones. De esta forma se reducirá la incidencia de infarto de miocardio, arritmias, ictus e insuficiencia cardiaca, y disminuirá la mortalidad de la población. Esto es lo que pretende la nueva ley antitabaco.
Referencias:
https://academic.oup.com/eurjpc/article/19/3/297/5928313
https://academic.oup.com/eurjpc/article-abstract/28/12/e11/6145600
https://academic.oup.com/eurjpc/article/6/4/207/5933730
https://academic.oup.com/eurjpc/article/26/3/277/5925625