La obesidad y ejercicio físico son factores de gran importancia. Según un estudio publicado en European Journal of Preventive Cardiology en 2021 la combinación de obesidad con baja actividad física ha aumentado notablemente desde mediados de la década de los noventa hasta la actualidad. Esto ha tenido una clara influencia en el aumento de la morbilidad y mortalidad por enfermedad cardiovascular y la mortalidad por todas las causas.
El estudio se realizó para describir las tendencias temporales en las combinaciones de aptitud cardiorrespiratoria y el índice de masa corporal, y analizar sus asociaciones con la incidencia y mortalidad de enfermedades cardiovasculares y la mortalidad por todas las causas.
En el estudio se utilizaron los datos de exámenes de salud ocupacional en 471.216 empleados suecos, de 18 a 74 años, entre 1995 y 2020. La aptitud cardiorrespiratoria se estimó a partir de una prueba de esfuerzo. El índice de masa corporal se utilizó para definir el peso normal (18,5–24,9 kg / m2), sobrepeso (25,0–29,9 kg / m2) y obesidad (≥30 kg / m2). Los datos de las complicaciones (incidencia y mortalidad por enfermedad cardiovascular, mortalidad por todas las causas) se obtuvieron de los registros nacionales.
Obesidad y baja actividad física
De 1995 a 2020, la combinación de obesidad con baja aptitud cardiorespiratoria aumentó del 2,1% al 5,3% (aumento relativo del 154%). La combinación de peso normal más aptitud cardiorespiratoria alta disminuyó del 13,2% al 9,3% (−30%). Los cambios negativos fueron más pronunciados en hombres, edades más jóvenes y sin educación universitaria.
Al final del período, la prevalencia de obesidad más aptitud cardiorespiratoria baja fue mayor en hombres que en mujeres (3,1% frente a 2,2%). También en personas mayores que en jóvenes (3,7% frente a 1,7%) y en no universitarios frente a universitarios (5,0% frente a 0,3%).
Tener una aptitud cardiorespiratoria alta atenuó el riesgo cardiovascular en todas las categorías de índice de masa corporal. Esto se observó especialmente en individuos con obesidad (cociente de riesgo 3,90 frente a 6,67 para la mortalidad cardiovascular). Tanto un índice de masa corporal bajo como una aptitud cardiorespiratoria alta retrasaron la edad de inicio de las complicaciones cardiovasculares.
Conclusión
Este estudio viene a confirmar algo que ya conocíamos, que la obesidad ha ido aumentando desde hace muchos años. No teníamos tan claro que la aptitud cardiorespiratoria hubiera disminuido, pues da la impresión de que cada vez hay más personas que practican ejercicio físico habitualmente. Independientemente de esto, lo que deja claro este estudio es que tanto la obesidad como la inactividad física son importantes factores de riesgo cardiovascular.
La obesidad y ejercicio físico (la escasa o nula actividad física) no solo tienen influencia sobre las complicaciones cardiovasculares, sino que también aumentan la mortalidad total. Son asimismo factores de riesgo de otras enfermedades, incluyendo el cáncer. Por lo tanto, es importante mantener un peso corporal adecuado y una actividad física regular, para así conseguir vivir sano durante más tiempo.