El prolapso de la válvula mitral, o simplemente prolapso mitral, se define como el desplazamiento sistólico superior de una o ambas valvas mitrales, de manera que caoptan por encima de lo normal, generalmente a la altura o más allá del nivel del anillo mitral, incluso no llegando a coaptar en muchos casos, e introduciéndose parte o toda la valva en la aurícula izquierda.
Esto hace que se produzca insuficiencia mitral, es decir que, al contraerse el ventrículo izquierdo, parte de la sangre regresa a la aurícula izquierda a través del prolapso de la válvula mitral. En algunos casos, se aprecia que la valva o valvas mitrales afectadas son menos rígidas de lo normal y se mueven con amplitud, coaptando por encima del nivel habitual, pero sin llegar a producir insuficiencia mitral. En este caso se denomina válvula mitral redundante, ondulante o flácida.
El proceso patológico del prolapso de la válvula mitral afecta a una o más porciones de las valvas mitrales, cuerdas tendinosas, músculos papilares o anillo mitral.
Cuando se utilizaban criterios poco estrictos para el diagnóstico, se llegó a publicar una incidencia de prolapso de la válvula mitral en la población general de un 3-5%, siendo más frecuente en el sexo femenino, pero en la mayoría de los casos eran válvulas redundantes o sobrevaloración del movimiento normal de la válvula mitral en el ecocardiograma.
Por este motivo, se han descrito una serie de criterios diagnósticos más precisos, con los cuales la incidencia del prolapso de la válvula mitral en la población general es del 2%.
Diagnóstico del prolapso mitral
El diagnóstico del prolapso mitral se realiza, fundamentalmente, con el ecocardiograma. Este permite ver la válvula con claridad, su grado de afectación y desplazamiento hacia la auricula izquierda, así como la severidad de la insuficiencia mitral.
Tratamiento del prolapso mitral
El tratamiento del prolapso mitral está indicado cuando la insuficiencia mitral es severa. Si la insuficiencia mitral es menor, lo único que hay que hacer es vigilancia; algunos pacientes requerirán medicación para tratar los síntomas. Una vez la insuficiencia mitral se hace severa, sobre todo si produce síntomas, el tratamiento es, básicamente, quirúrgico.
Lo más habitual es la cirugía de reparación de la válvula mitral. Si esto no es posible, se sustituye la válvula anómala por una prótesis valvular.
La reparación de la válvula mitral también puede hacerse mediante un método quirúrgico mínimamente invasivo, utilizando un sistema robótico. Este permite practicar la intervención igual que en la cirugía clásica, pero sin realizar toracotomía media. Los brazos robóticos y los tubos necesarios se introducen entre los espacios intercostales a través de pequeñas incisiones.
Una técnica para el tratamiento del prolapso mitral que se ha ido extendiendo es la de la implantación de un dispositivo que a modo de clip permite pinzar el velo prolapsante y disminuir el grado de insuficiencia mitral. Este dispositivo se coloca mediante cateterismo cardiaco.