Resonancia magnética cardiaca

Resonancia magnética cardiaca

Pruebas

La resonancia magnética nuclear (RMN) es una técnica diagnóstica de imagen que utiliza imanes y ondas de radio potentes, sin emplear radiaciones ionizantes, aunque sí contraste (gadolinio en la resonancia magnética cardiaca), para crear imágenes de las estructuras y órganos del cuerpo, incluyendo el corazón. Es una técnica no invasiva que aporta información sobre la estructura, composición y función de los órganos.

El precio de una resonancia magnética varía según el órgano o zona del cuerpo que se va a estudiar, el número de áreas corporales que se quiere abarcar y el centro médico u hospital donde se realice. Podemos obtener un precio aproximado consultando en «salud on net» la especialidad de «Radiodiagnóstico», aunque el precio de la resonancia magnética cardiaca suele ser algo mayor (se debe consultar directamente en el hospital).

Las señales de la RMN son procesadas por ordenadores y transformadas en imágenes. La RMN proporciona información muy útil en la evaluación y manejo de los pacientes con enfermedades cardiovasculares. La mejoría que se ha conseguido en los últimos años con la RMN ha permitido que sea una técnica de elección en el diagnóstico de diversas cardiopatías (resonancia magnética cardiaca).

 

Tecnología

La imagen cardiológica obtenida por la RMN se basa en las propiedades magnéticas del núcleo de hidrógeno, el cual es abundante en el organismo. Al someter al cuerpo a un campo magnético externo, se genera un vector neto de magnetización, alrededor del cual giran los protones. Los protones absorben energía, la cual se envía en pulsos de radiofrecuencia para obtener la imagen de RMN.

Una de las ventajas de la RMN es su capacidad de contraste entre las diferentes estructuras. Esto es debido a que cada tejido tiene unas propiedades diferentes en cuanto a la densidad de protones, por lo que las secuencias de la RMN permiten mostrar distintas intensidades de la señal. Para intensificar algunas imágenes en ciertos estudios, se usan contrastes, los cuales producen modificaciones en el comportamiento de los protones. Los contrastes más utilizados son los quelados de gadolinio, los cuales son excelentes marcadores del intersticio, por lo que son muy útiles para la técnica de realce tardío.

El mayor inconveniente de la RMN cardiaca es el movimiento del corazón y el producido por la respiración, aunque esto se ha podido resolver gracias a que la mayor parte de las secuencias que se obtienen son lo suficientemente rápidas para poder hacerlas en apnea. Para los estudios más lentos se utiliza la sincronización mediante electrocardiograma y la sincronización respiratoria mediante un detector de movimiento torácico. La adquisición de cada imagen es segmentada, de manera que cada una se obtiene a lo largo de varios ciclos cardiacos y luego se reconstruye.

 

Procedimiento de la resonancia magnética cardiaca

El paciente debe saber que un estudio de RMN cardiaca suele durar entre 30 y 45 minutos; no se aconseja que se prolongue más de una hora, por lo que el estudio se dirige a obtener las imágenes más concretas que no pueden conseguirse con otras técnicas. Hasta un 10% de los pacientes tienen claustrofobia y no permiten la realización de la prueba, lo que obliga a sedarlo o utilizar un aparato de resonancia abierta. La RMN es una técnica inocua y no utiliza rayos X.

Lo único que hay que evitar es la introducción de materiales ferromagnéticos en la sala, pues se verán sometidos al campo magnético y pueden convertirse en proyectiles. Así mismo, no debe realizarse la RMN a pacientes que tengan algún material ferromagnético en su cuerpo, como son los marcapasos, desfibriladores, estimuladores neurales, clips de aneurisma cerebral, implantes cocleares o cuerpos extraños. Los contrastes de gadolinio están contraindicados en caso de insuficiencia renal severa, en pacientes con trasplante hepático reciente y en niños menores de un año de edad.

 

Indicaciones

Las aplicaciones clínicas de la RMN son muy extensas. En el infarto agudo de miocardio se utiliza para valorar la contractilidad global y segmentaria, estimar el tamaño del infarto y el estudio de la viabilidad miocárdica. Para la detección de isquemia se usa el estrés con dobutamina y la perfusión de primer paso con vasodilatadores, las cuales se indican en pacientes con dolor torácico con electrocardiograma no interpretable que no pueden realizar ejercicio y en la valoración de la repercusión funcional de lesiones coronarias dudosamente significativas. Para la coronariografía no invasiva se suele utilizar la tomografía computarizada, pero la RMN también puede ser útil para diagnosticar anomalías coronarias o aneurismas coronarios en la enfermedad de Kawasaki.

La RMN es la técnica más útil actualmente para el diagnóstico y estudio de la displasia arritmogénica del ventrículo derecho. En pacientes con elevación de marcadores bioquímicos de daño miocárdico, la RMN es útil para diferenciar el infarto, la miocarditis y el síndrome de Tako-Tsubo. La RMN también se emplea para el estudio de masas cardiacas, cardiopatías congénitas, enfermedades de la aorta y cardiopatías por depósito (como la amiloidosis y la hemocromatosis). Para el estudio de las valvulopatías, la miocardiopatía dilatada y la miocardiopatía hipertrófica suele ser suficiente con el ecocardiograma, pero la RMN es útil en algunos casos. También puede utilizarse para el estudio de enfermedades del pericardio, pero tiene el inconveniente de que no detecta el calcio, por lo que se prefiere la tomografía computarizada.