té verde

Té verde para la arteriosclerosis

Alimentación

Está demostrado que la inflamación desempeña un papel importante en el inicio y progresión de las enfermedades ateroscleróticas, tales como la enfermedad arterial coronaria. Varios estudios han demostrado que el aumento de los factores inflamatorios del plasma son predictores de infarto de miocardio y muerte cardiaca en individuos previamente sanos y en pacientes con enfermedad coronaria. La activación de los factores inflamatorios interviene en el desarrollo y progresión de las lesiones ateroscleróticas coronarias y de la pared de la aorta.

Se sabe también que las lipoproteínas de baja densidad (LDL) intervienen en el desarrollo y progresión de la aterosclerosis. En concreto, la oxidación de las LDL juega un papel clave en el desarrollo de la aterosclerosis. Varios estudios han demostrado que el aumento de las LDL oxidadas se asocian a enfermedad coronaria e infarto de miocardio.

 

Té verde como antioxidante

El consumo de antioxidantes dietéticos, tales como los polifenoles, es una terapia potencial para evitar la oxidación de las LDL y la progresión de la aterosclerosis. Los polifenoles se encuentran principalmente en las frutas, verduras e infusiones. En Japón, el té verde, que es muy rico en catequinas, es la bebida más popular y la fuente más importante de polifenoles en la dieta. El consumo diario de té verde disminuye las LDL oxidadas en suero.

También se ha demostrado que el té verde tiene efecto antiinflamatorio, además del efecto inhibidor contra la oxidación del LDL. Por otra parte, el consumo de té verde se ha asociado con una reducción significativa de la probabilidad de sufrir un infarto de miocardio.

Se ha observado que la concentración plasmática de catequinas aumenta significativamente con el consumo de siete tazas al día de té verde. Aunque esto no produce cambio en la concentración plasmática de LDL colesterol, el consumo de té verde se asocia de manera significativa con la disminución en suero de las LDL oxidadas, lo que sugiere que el té verde tiene un efecto inhibidor contra la oxidación de las LDL.

Además del efecto inhibidor contra la oxidación de las LDL, varios estudios han informado que el té verde, probablemente a través de las catequinas, tiene efecto antiinflamatorio. El consumo frecuente de té verde (siete tazas/día) disminuye los marcadores inflamatorios en la sangre. Por lo tanto, el efecto protector del té verde contra la arteriosclerosis es debido a la disminución de las LDL oxidadas y de los factores inflamatorios, aunque el mecanismo más importante parece ser la prevención de la oxidación de las LDL.

 

El té verde en la arteriosclerosis

El consumo frecuente de té verde reduce la probabilidad de desarrollar enfermedad coronaria y su progresión, y disminuye la incidencia de infarto de miocardio. En algunos estudios se ha observado que el té verde reduce la grasa corporal y el riesgo cardiovascular. Estos efectos también se observan con el consumo de otras bebidas y alimentos antioxidantes. Por otro lado, se ha visto que el consumo frecuente de té verde reduce la aterosclerosis de la aorta, pero esto no ocurre con la ingestión de té negro o vitamina E, lo que sugiere un efecto antiaterogénico más fuerte con el té verde que con el té negro o la vitamina E.

El consumo de soja también se asocia a una menor incidencia de infarto de miocardio, pero esta asociación parece menos importante que con el té verde. Por lo tanto, parece que el consumo de té verde juega un papel más importante en la prevención de la enfermedad coronaria y el infarto de miocardio que otras bebidas y alimentos antioxidantes.