Desde hace ya algunos años se ha extendido la idea de que la teoría del colesterol como factor de riesgo cardiovascular es una mentira. Ha habido autores que han dudado de dicha teoría. Fue a partir de las publicaciones del doctor Dwight Lundell, de Estados Unidos, cuando se comenzó a extender la opinión de que el colesterol no es una de las causas de la enfermedad cardiovascular.
Han sido múltiples las webs y blogs de todo el mundo que se han hecho eco de esta opinión. Principalmente aquellas relacionadas con la medicina naturalista. Por ello, podemos encontrar gran cantidad de sitios en Internet en los que se destaca la idea de la mentira del colesterol. Esto ha tenido una amplia repercusión en los internautas.
El doctor Dwight Lundell ha publicado muchos artículos sobre la teoría del colesterol. Sus publicaciones en Internet y en papel son múltiples. Sin embargo, ha sido su libro «La gran mentira del colesterol» el que más ha invitado a la gente a olvidar la teoría del colesterol como causa de enfermedad cardiovascular, y todo lo que se ha dicho acerca de las dietas bajas en grasas y colesterol.
En su libro, el doctor Dwight Lundell destaca 3 grandes teorías:
- La disminución de los niveles de colesterol en sangre no reduce el riesgo de desarrollar enfermedades del corazón, de las arterias o ictus.
- Durante su carrera como cirujano cardíaco realizó más de 5.000 operaciones de corazón, la mayoría de las cuales podrían haber sido fácilmente evitadas si los pacientes hubieran tenido la información correcta.
- La enfermedad cardíaca tiene una cura sin necesitar de medicamentos peligrosos ni el riesgo de la cirugía.
Estas ideas se basan en estudios de investigación que han tenido una base científica. Desde mediados del siglo XX, se han hecho muchos estudios sobre el colesterol y el riesgo cardiovascular. En algunos de estos estudios se ha observado que los niveles de colesterol en sangre no se relacionan con la ateromatosis. Sin embargo, la mayoría de la investigación apoya la teoría de que la hipercolesterolemia es un factor de riesgo cardiovascular.
Hay muchas críticas a algunos de estos estudios, sobre todo a los más antiguos. Pero debe tenerse en cuenta que eran tiempos en los que la investigación era menos rigurosa. Esto es un defecto que tuvieron todos los estudios, tanto los que hablan a favor como en contra de la teoría del colesterol.
Según el doctor Dwight Lundell, el colesterol no tiene nada que ver con el desarrollo de las placas de ateroma. Él postula que todo es consecuencia de un estado interno de inflamación. Esto es debido principalmente a las dietas incorrectas, que haría que el colesterol se acumule en las arterias y no al revés. Se sabe que las placas de ateroma son ricas en colesterol y células inflamatorias, pero no se sabe con total certeza qué fue primero. La evidencia científica sugiere que el colesterol elevado se deposita en la pared arterial y secundariamente se produce la inflamación.
En cuanto a las recomendaciones dietéticas del doctor Dwight Lundell, también tienen una base científica. Él apoya la idea de que no hay que reducir el consumo de grasas ni colesterol. Esto ya esta recogido en las últimas guías sobre el tratamiento de las dislipemias. Se ha observado que el consumo de alimentos con colesterol no aumenta el colesterol sanguíneo. Tampoco se recomienda bajar el consumo de grasas totales, sino evitar las grasas saturadas y sustituirlas por grasas poliinsaturadas o monoinsaturadas.
La opinión de la mayoría de los médicos en general y cardiólogos en particular es que el aumento del colesterol en sangre es un importante factor de riesgo cardiovascular y que debe reducirse. También la mayoría opina que hay que utilizar los medicamentos para conseguir este objetivo. Las teorías del doctor Dwight Lundell están en contra de esto. Según él, bastaría con seguir sus recomendaciones dietéticas para prevenir e, incluso, curar la enfermedad cardiovascular.
¿Es la inflamación la causa de las lesiones arteriales?
Desde hace mucho tiempo se sabe que la inflamación es parte importante de las lesiones arteriales. La pregunta que debemos responder es ¿qué causa la inflamación arterial? La teoría más aceptada actualmente es que diferentes factores patológicos pueden irritar o dañar la pared arterial y es eso lo que lleva a la inflamación de la misma. A consecuencia de esto, el colesterol es absorbido por el endotelio (que es la membrana más interna de la pared arterial) y así se forman las placas de ateroma.
Los factores patológicos más importantes que pueden lesionar la pared arterial y producir la inflamación de la misma son la hipertensión arterial, el tabaco, la diabetes y la hipercolesterolemia. Cualquiera de estos factores puede alterar el endotelio y llevar a la formación de las placas de ateroma.
Según esta teoría, el colesterol se deposita en las arterias después de que algo lesione el endotelio. La hipertensión, la diabetes y el tabaco pueden ser la causa inicial de la inflamación arterial. Sin embargo, está demostrado por muchos estudios de investigación que el exceso de colesterol LDL en la sangre puede ser también causa de la lesión arterial inicial.
Este hecho está apoyado por la observación de que las personas con hipercolesterolemia familiar presentan ateromatosis precoz. Los que nos dedicamos a la Cardiología hemos visto niños con hipercolesterolemia severa hereditaria que han tenido infartos de miocardio, habiendo requerido algunos un trasplante cardiaco y hepático para poder solucionar el problema.
En el caso de la hipercolesterolemia ligera es más difícil demostrar su relación con la ateromatosis, aunque hay estudios que apoyan la teoría del colesterol. Lo que sí observamos los cardiólogos es que las personas con exceso de colesterol LDL tienen más incidencia de infarto de miocardio y presentan una evolución peor que los que tienen colesterol LDL normal. Por ello, cuando conseguimos normalizar el colesterol LDL, los pacientes muestran un mejor pronóstico. Esta normalización se puede conseguir con dieta, con suplementos dietéticos naturales o con medicación.
El doctor Dwight Lundell asegura que es la inflamación lo que hace que el colesterol se deposite en la pared de las arterias. Esa inflamación es consecuencia de una dieta incorrecta, rica en hidratos de carbono refinados y ácidos grasos omega 6, y pobre en ácidos grasos omega 3. Esta idea que parece en contra de la teoría del colesterol está acorde con los conocimientos científicos actuales.
En primer lugar, no se puede excluir al colesterol como causa de la enfermedad arterial. Si hay exceso de colesterol LDL en la sangre, este se deposita en el endotelio, induce la inflamación y termina llevando a la ateromatosis. Ahora bien, si el colesterol LDL es normal, puede llegar a elevarse si la dieta es incorrecta, fundamentalmente si es rica en grasas saturadas.
Sin embargo, es lógico pensar que una dieta rica en hidratos de carbono refinados puede conducir a diabetes y enfermedad arterial. Ya hay estudios que apoyan este hecho. Diferentes investigaciones han demostrado que el consumo excesivo de hidratos de carbono se asocia a diabetes, obesidad, hipertensión y enfermedad cardiovascular.
Asimismo, aunque se ha recomendado el consumo habitual de ácidos grasos omega 6, principalmente en forma de aceites vegetales como los de girasol, soja, maíz, borraja y onagra, esto puede provocar una desproporción con respecto al nivel de ácidos grasos omega 3, como asegura el doctor Dwight Lundell. No es ilógico pensar que esto también pueda contribuir al estado de inflamación general. Este hecho apoya el conocido beneficio de la dieta mediterránea, la cual incluye mayor proporción de ácidos grasos omega 3, gracias al consumo de pescado azul y frutos secos.
¿Cuál es el papel del colesterol y las grasas saturadas?
Son muchos los estudios que demuestran que el consumo excesivo de grasas saturadas eleva el colesterol LDL y lleva a ateromatosis. El doctor Dwight Lundell opina lo contrario, aduciendo que esta teoría se basa en resultados muy débiles. Es difícil demostrar claramente la relación causa-efecto entre el consumo de grasas saturadas y la enfermedad arterial. Se trata de estudios epidemiológicos, los cuales usan la estadística y, por lo tanto, se pueden equivocar.
No pasa lo mismo con el consumo de colesterol, pues no parece que influya mucho sobre el nivel de colesterol en la sangre, aunque los estudios son contradictorios. Antiguamente se pensaba que el consumo de colesterol en la dieta se podía asociar a hipercolesterolemia y ateromatosis. De ahí surgió la teoría del colesterol. Sin embargo, esto no ha podido ser corroborado fehacientemente. A pesar de ello, durante muchos años se recomendó reducir el consumo de alimentos ricos en colesterol. Esta recomendación se ha eliminado en las últimas guías sobre tratamiento de la dislipemia. Sin embargo, hay estudios que todavía la apoyan.
En conclusión, hasta que no se demuestre fehacientemente lo contrario, lo recomendable es reducir el consumo de grasas saturadas, pero no hay que obligar a reducir el consumo de alimentos con colesterol. Lo que parece realmente importante es aumentar el consumo de ácidos grasos omega 3 (pescado azul y frutos secos) y el aceite de oliva, los cuales reducen el colesterol LDL de la sangre y tienen efecto antioxidante, lo que previene el desarrollo de ateromatosis.
¿Son beneficiosos los medicamentos para bajar el colesterol de la sangre?
Los estudios que apoyan el tratamiento con estatinas para reducir el colesterol LDL de la sangre son muy abundantes. No hay duda de que son efectivos en este sentido y han demostrado que detienen la progresión de la ateromatosis. Incluso, parecen ser efectivos cuando el colesterol LDL es normal, ya que poseen un efecto antiinflamatorio en la pared arterial. La mayoría de los médicos están de acuerdo con esto y muchos tenemos experiencias positivas en este sentido.
Sin embargo, el doctor Dwight Lundell critica el tratamiento con estatinas porque, para él, no es necesario reducir el colesterol de la sangre, pues no tiene nada que ver con la enfermedad arterial. Es cierto que estamos influenciados por la industria farmacéutica, la cual pretende siempre vender más, para lo cual intenta que aumenten las indicaciones de los tratamientos farmacológicos. Pero hay muchos estudios independientes que apoyan el tratamiento con estatinas.
Realmente, el doctor Dwight Lundell está actuando como las empresas farmacéuticas, intentando vender su producto, su libro y sus programas de dietas. Para ello, también utiliza mensajes alarmistas, como que la alimentación recomendada por los médicos es dañina o que las estatinas son muy peligrosas para la salud. Y lo peor de todo es que se presenta como el que tiene la cura para la enfermedad cardiovascular, y eso sí que es una gran mentira, no la del colesterol.
El doctor Dwight Lundell se presenta y lo presentan como un gran cirujano con una extensa experiencia en cirugía coronaria. Así parece ser a la vista de su currículum profesional. Sin embargo, no parece lo mismo cuando leemos su historia legal. Según varios informes que pueden encontrarse en Internet, el doctor Dwight Lundell tuvo conductas imprudentes y negligentes con varios pacientes, por lo que fue apercibido en diferentes ocasiones. A pesar de ello, continuó con estas actitudes, por las que fue denunciado y por lo que se le retiró su licencia médica en 2008. Fue por entonces cuando se dedicó a promocionar su libro, para lo cual creó toda esta polémica de la supuesta mentira del colesterol.
Las recomendaciones dietéticas propuestas por el doctor Dwight Lundell son bastante aceptables. Es bueno reducir el consumo de hidratos de carbono y aumentar el de ácidos grasos omega 3. También parece conveniente disminuir la ingesta de ácidos grasos omega 6, aunque no eliminarlos del todo, sino mantener el equilibrio con los omega 3. Sin embargo, no parece lógico continuar con el consumo de grasas saturadas, como propone el doctor Dwight Lundell. Son muchos los estudios que asocian la ingesta excesiva de estas grasas con la enfermedad cardiovascular.
Conclusión
En conclusión, a la luz de los conocimientos actuales, lo lógico es recomendar disminuir el consumo de grasas animales (carnes rojas, embutidos, mantequilla, manteca, etc), los aceites de coco y palma, la bollería y pastelería, las salsas grasas y, en general, todos los alimentos ricos en grasas saturadas. También se debería reducir el consumo de hidratos de carbono, sobre todo los refinados (dulces, mermeladas, bebidas azucaradas, etc.). Asimismo, no parece bueno comer muchos hidratos de carbono complejos, por lo que es recomendable limitar la ingesta de pan, arroz, pasta y patatas, los cuales además contribuyen a la obesidad.
Lo recomendable es basar nuestra alimentación en los productos vegetales (verduras, frutas, legumbres, ensaladas, etc.), frutos secos (nueces, almendras y avellanas), pescado azul y aceite de oliva. Con estos alimentos es suficiente para una dieta correcta, completa y variada. Podemos hacer infinidad de potajes y cocidos variando los productos vegetales, diversos tipos de ensaladas, postres con diferentes frutas, y distintos pescados cocinados al horno, al fuego o fritos con aceite de oliva.