El tratamiento del síncope vasovagal se debe iniciar con la explicación al paciente de la naturaleza benigna del problema. La persona que lo sufre se debe quedar tranquila, pues se trata de algo sin importancia. Cuando el síncope vasovagal ha ocurrido por primera vez, no debe considerarse como enfermedad y no requiere tratamiento alguno.
Sin embargo, si el síncope se repite, sobre todo si es frecuente, puede alterar significativamente la calidad de vida del paciente. En tal caso requiere un estudio más profundo, así como tratamiento y vigilancia periódica. Para ello debe acudir siempre a un cardiólogo con experiencia en esta patología.
Detección de arritmias en pacientes con síncope
El primer paso en la evaluación de un paciente con síncope es valorar el riesgo de que la pérdida de consciencia sea debida a una arritmia seria. El registro del electrocardiograma durante el síncope permite a los médicos confirmar o descartar una arritmia como el mecanismo del síncope.
Para conseguir registrar un electrocardiograma en el momento del síncope suele ser necesario la utilización de un Holter. Este habitualmente graba durante 24-48 horas, aunque los hay de mayor duración. Las registradoras con memoria de asa externas o los registradores implantables se colocan bajo la piel del paciente. Estas graban en una memoria continuamente en bucle durante un máximo de tres años (duración de la batería).
Muchos estudios han analizado la utilidad de los registradores de larga duración en el síncope vasovagal recurrente inexplicable o de riesgo alto. Dichos estudios sugieren que el uso temprano de los registradores ofrece más diagnósticos. Esto puede ayudar en la selección de los pacientes con síncope vasovagal y pausas de asistolia (ausencia de latido) prolongada, los cuales podrían beneficiarse de un marcapasos.
Tratamiento del síncope vasovagal
El tratamiento de primera línea se basa en una serie de recomendaciones generales encaminadas a aumentar el flujo sanguíneo cerebral. Es aconsejable beber abundante líquido, generalmente unos 2 litros de agua al día, y comer con sal. Debe evitarse permanecer mucho tiempo de pie quieto. Mientras se está de pie, es bueno realizar movimientos de contracción con las piernas. Al sentarse, debería colocarse los pies en alto.
En ciertas personas es útil el denominado «entrenamiento ortostático». Consiste en colocarse de pie quieto en casa, al lado de un sillón o de la cama (para tumbarse en caso de necesidad), e ir cada día aumentando el tiempo de permanencia en esta posición. Se recomienda también dormir con la cabecera de la cama algo elevada. Esto permite la exposición a la gravedad durante el sueño y evitar el cambio brusco al levantarse por la mañana.
En algunas personas son efectivas las medias de compresión hasta la cintura. Por último, si con todo lo comentado no es suficiente, debe intentarse la prevención del síncope con medicación. Por desgracia, la medicación no es efectiva en todos los casos. Se ha probado con diferentes fármacos con resultados muy variables. Siempre deberá ser el cardiólogo el que haga la indicación de la medicación más idónea para cada persona.
El paciente con síncope vasovagal repetitivo que viene precedido de síntomas, debe también conocer algunos métodos para intentar yugular la crisis y evitar la pérdida de conciencia. Si comienza a notar mareo o debilidad generalizada, u otro síntoma premonitorio, lo más efectivo es tumbarse y elevar las piernas. De esta forma aumenta el flujo cerebral inmediatamente.
Como la intención es siempre derivar la sangre desde los miembros a la cabeza, también es útil cruzar las piernas y apretarlas fuertemente. Asimismo, flexionar los brazos y apretar los puños, o ponerse en posición de cuclillas. Por último, si el paciente pierde la conciencia, las personas que lo acompañan deben tumbarlo y levantarle las piernas. Con esto suele recuperarse totalmente, lo que suele ocurrir en cuestión de segundos o unos pocos minutos.
Es frecuente observar como, cuando un individuo sufre una lipotimia, las personas que intentan ayudar lo levantan enseguida y lo ponen de pie. Esto es un grave error, pues al incorporarlo se reduce aún más el flujo hacia la cabeza y la pérdida de consciencia se prolonga.
Aunque se han realizado múltiples estudios, los avances verdaderamente útiles en el tratamiento del síncope vasovagal han sido escasos. Una vez excluida la posibilidad de que el síncope sea por una arritmia y diagnosticado el síncope como vasovagal, el tratamiento es difícil. No se ha encontrado un remedio verdaderamente efectivo.
Diversos estudios han demostrado que la educación del paciente es el método más eficaz. Debe conocer con exactitud lo que es el síncope vasovagal. La aplicación de las medidas físicas para prevenir la pérdida de consciencia es el método más eficaz para el tratamiento del problema. Los fármacos son menos efectivos, aunque pueden ser útiles en algunos casos. El marcapasos es necesario en pocos pacientes. La ablación está en vías de investigación.
El marcapasos en el síncope vasovagal
Se han hecho numerosos intentos para determinar si los pacientes con síncope vasovagal con respuesta predominantemente cardioinhibitoria (por disminución significativa de la frecuencia cardiaca) se beneficiarían de la implantación de un marcapasos permanente, especialmente si los síntomas son frecuentes o debilitantes.
Los primeros ensayos abiertos de marcapasos en el tratamiento del síncope vasovagal mostraron resultados prometedores. Sin embargo, este efecto no ha sido confirmado por los ensayos clínicos ciegos aleatorios. Datos más recientes parecen sugerir que los pacientes mayores de 40 años con síncope vasovagal grave debido a asistolia podrían beneficiarse del marcapasos permanente.
La indicación de marcapasos para el síncope neurocardiogénico o vasovagal se ha venido valorando desde hace décadas. Sin embargo, los estudios no han sido totalmente concluyentes. La llegada de la prueba de mesa basculante en 1986 demostró que algunos pacientes con síncope vasovagal presentaban asistolia. Por ello se comenzó a indicar el marcapasos en estos casos. Sin embargo, los estudios posteriores no demostraron un beneficio obvio.
El advenimiento posterior de las grabadoras de bucle ha permitido documentar el ritmo cardíaco durante los episodios. Así se ha podido hacer una mejor selección del paciente para el marcapasos. Los registradores de bucle se usan para demostrar asistolia en síncopes espontáneos cuando la prueba de mesa basculante es negativa. Esto implica un componente vasodepresor menor, por lo que, en teoría, el paciente tendrá un mejor resultado con el marcapasos. A partir de la evidencia disponible, el marcapasos debe ser de doble cámara en pacientes mayores de 40 años con síntomas graves y en los que las medidas estándar hayan fallado de manera demostrable.
Tratamiento natural del síncope vasovagal
Para la prevención del síncope vasovagal se recomienda la aplicación de las medidas higiénico-dietéticas, sobre todo ingerir abundante agua y comer con sal. Estas medidas van encaminadas a incrementar la presión arterial y el flujo cerebral.
Además de esto, algunas personas utilizan también remedios naturales que elevan la presión arterial. En este sentido, lo más efectivo es el consumo regular de regaliz, aunque no ha sido estudiado científicamente en el tratamiento del síncope vasovagal. El regaliz tiene un ligero efecto corticoide, favoreciendo la retención de agua y sodio, por lo que aumenta la presión arterial. Utilizado en dosis bajas, puede ayudar a mantener la presión arterial y evitar la tensión baja, por lo que es efectivo para prevenir los mareos y el síncope por hipotensión.
El regaliz es útil para mejorar los problemas gástricos e intestinales, por lo que se recomienda tomarlo una media hora antes de las comidas. Usado a las dosis recomendadas, no suele tener efectos secundarios. Dado que favorece la pérdida de potasio, es recomendable consumir frutas y vegetales ricos en este elemento, como plátano, acelgas, coles y espinacas. Por otro lado, dado que aumenta la presión arterial, está contraindicado en caso de hipertensión.
Otros remedios naturales útiles para la vitalidad que pueden aumentar la presión arterial son el ginseng, la maca, el reishi, el romero y el jengibre. Estos son ligeros estimulantes del sistema nervioso, que se han usado como tónicos revitalizantes, y elevan discretamente la presión arterial. Estos remedios tampoco suelen producir efectos secundarios cuando se usan a las dosis recomendadas. Por último, el yoga también ha demostrado ser beneficioso al reducir los episodios y mejorar la calidad de vida de los pacientes con síncope vasovagal.