varices en las piernas

Varices en las piernas

Enfermedades

Las varices son dilataciones de las venas que se producen a consecuencia del debilitamiento de la pared de las mismas. Las varices de las piernas suelen presentarse como venas dilatadas y tortuosas bajo la piel.

Aproximadamente el 20% de los adultos tienen varices en las piernas. De ellos, el 10% desarrollará síntomas de insuficiencia venosa crónica. Las varices son más frecuentes en las mujeres y cuanto mayor es la persona.

Las varices son un importante problema de salud y dan lugar a un significativo consumo de recursos sanitarios, ya que pueden producir severas complicaciones en las piernas. Cuando las varices son importantes pueden dar lugar a la formación de úlceras cutáneas, las cuales pueden infectarse y requerir ingreso hospitalario y tratamientos caros y prolongados.

 

¿Cuáles son las causas de las varices en las piernas?

Las varices se producen por el debilitamiento de la pared de las venas, con la consecuente dilatación de las mismas, el mal funcionamiento de sus válvulas y el estancamiento de la sangre en su interior. Pero la causa de esto y el mecanismo que lo produce no se conoce con exactitud.

Sin embargo, se sabe que hay una serie de factores que favorecen el desarrollo de las varices. Las venas de las piernas pueden dilatarse por efecto de los estrógenos (hormonas femeninas), que es una de las razones por lo que las varices son más frecuentes en las mujeres. Los embarazos también favorecen las varices, por el efecto de las hormonas y al comprimirse las venas del abdomen.

Un factor de riesgo significativo es el tabaco, lo que hace que las varices sean más frecuentes en los fumadores. Los componentes del tabaco pueden debilitar la pared de las venas y conducir a la aparición de varices en las piernas.

El simple hecho de permanecer mucho tiempo de pie o sentado dificulta el retorno venoso, favoreciendo la aparición de varices. La obesidad aumenta la presión en las venas y también favorece las varices.

La edad también es un factor de riesgo para las varices, pues el envejecimiento debilita la pared de las venas. Las personas altas tienen mayor presión en las venas de las piernas, por lo que desarrollan varices con mas facilidad.

Las varices también pueden ser hereditarias y no es raro ver como las presentan todas las mujeres de una familia. Hay también algunos síndromes congénitos que cursan con varices en las piernas.

Las varices pueden desarrollarse al obstruirse las venas por trombosis o por compresión. La trombosis de las venas profundas de las piernas puede seguirse de la aparición de varices. La trombosis y la comprensión por tumores de las venas iliacas o la cava inferior puede complicarse con varices extensas en las extremidades inferiores.

Independientemente de la causa, en las varices se observa inflamación y cambios cicatriciales en la pared de las venas, dilatación de las mismas, alteraciones en la anatomía y funcionamiento de las válvulas de las venas, y aumento de la presión venosa.

La incompetencia de las válvulas de las venas hace que la sangre refluya hacia atrás y se estanque, aumentando la presión en las mismas. La disfunción de las válvulas puede afectar al sistema venoso profundo, al superficial o a ambos, resultando en hipertensión venosa por debajo de la zona de la incompetencia valvular.

 

¿Qué síntomas producen las varices?

Las varices pueden presentarse en forma de pequeñas vénulas formando retículas o arañas vasculares, de 1 a 3 mm de diámetro, no palpables, localizadas en la misma piel o inmediatamente debajo. Las verdaderas venas varicosas tienen un diámetro de más de 3 mm, se localizan bajo la piel y son palpables.

Los síntomas de las varices dependen del tamaño y extensión de las mismas. Los síntomas iniciales suelen localizarse en la misma zona de las varices. Los pacientes refieren dolorimiento, quemazón, picor y sequedad e irritación de la piel.

En los casos más severos o más avanzados, los pacientes se quejan de pesadez, debilidad y cansancio en las piernas, y comienza a aparecer pigmentación (la piel se oscurece) y edema (acumulación de líquido). Más adelante se observan cambios cicatriciales y ulceraciones en la piel.

 

¿Cómo se hace el diagnóstico de las varices?

La evaluación inicial de las varices consiste en la inspección visual de las venas dilatadas en las piernas, lo que permite determinar el tipo, grado, localización y extensión de las mismas, así como su posible causa.

La inspección también permite apreciar las complicaciones, como los signos de trombosis, la inflamación, los cambios cicatriciales, la hiperpigmentación, el edema y las úlceras cutáneas.

La prueba de Brodie-Trendelenberg permite distinguir la insuficiencia de las venas profundas de las superficiales. Para ello, el paciente se coloca tumbado, con las piernas elevadas 45° y con un torniquete aplicado a media altura por encima del drenaje de las varices. Entonces se coloca al paciente de pie y se libera el torniquete. Si las varices se rellenan inmediatamente, la insuficiencia es superficial, mientras que si tardan en rellenarse, la insuficiencia es profunda.

La prueba de Perthes permite distinguir entre insuficiencia y obstrucción de las venas profundas. Con el paciente de pie, se coloca un torniquete a media altura y se le dice al paciente que camine. Si las venas se hinchan, incluso duelen, es que existe obstrucción. Si solo existe insuficiencia venosa, las varices disminuyen después de estar 5 minutos caminando.

En caso de que no quede claro el diagnóstico, es útil realizar una ecografía, la cual permite evaluar el reflujo en las venas profundas y superficiales. También es útil para diagnosticar la trombosis venosa. Si la obstrucción se localiza en las venas abdominales, puede ser necesario realizar una tomografía computarizada, una resonancia magnética o una venografía por inyección de contraste.

 

¿Cuál es el pronóstico de las varices?

Si los factores predisponentes no se corrigen y las varices no son efectivamente tratadas, la enfermedad puede evolucionar y aparecer complicaciones. El paciente puede llegar a presentar edema severo en las piernas, debido al cual se puede producir transudación de líquido a través de la piel.

Las varices pueden trombosarse y, si los trombos se sueltan, complicarse con embolia pulmonar. A veces las varices se rompen y sangran. En los casos avanzados suelen producirse úlceras, las cuales pueden infectarse y gangrenarse, obligando a veces a la amputación.

 

¿Cuál es el tratamiento de las varices en las piernas?

La primera medida terapéutica debe ser el control de los factores predisponentes. Por ello, se recomienda la pérdida de peso en los obesos, el abandono del tabaco y la práctica regular de ejercicio físico. Además, se deben hacer ejercicios con las piernas para fortalecer los músculos.

Se recomienda sentarse con las piernas en alto siempre que sea posible, pero al menos durante 30 minutos 4 veces al día. Se debe evitar permanecer de pie o sentado por tiempos prolongados.

Las medias de comprensión son la primera medida de tratamiento que suele indicarse en las varices. Se deben usar medias de comprensión progresiva que cubran toda la zona de las varices. Se recomienda usar las medias durante todo el día, retirándolas solo por la noche.

El tratamiento de las venas reticulares y las telangiectasias puede hacerse mediante escleroterapia, termocoagulación o con láser. En cualquier caso se trata de un tratamiento estético en el que se lesionan las pequeñas venúlas para que se trombosen y se fibrosen. Habitualmente, este tratamiento se hace en varias sesiones.

Para el tratamiento de las varices mayores dependientes de la vena safena, antiguamente se empleaba la cirugía mediante incisión, extraccIón y ligadura de la safena. Para las ramas varicosas de las grandes venas puede emplearse la flebotomía mediante microincisión.

Actualmente, las técnicas quirúrgicas han sido grandemente desplazadas por los tratamientos endovenosos. Básicamente, los tratamientos endonenosos consisten en la ablación con láser o radiofrecuencia de las varices. La ablación produce una lesión en las venas que hace que se trombosen y se fibrosen.

Con las técnicas endovenosas se consiguen resultados similares a los de los métodos quirúrgicos, y las complicaciones son poco frecuentes y de escasa entidad. En caso de recidiva, puede realizarse una reparación mediante microcirugía.