La incidencia de obesidad en niños y adolescentes ha ido en aumento durante mucho tiempo, desde los años 70 del siglo XX hasta el inicio del siglo XXI. La prevención y tratamiento del sobrepeso y la obesidad en niños y adolescentes es importante para su salud por diferentes razones. En primer lugar, el sobrepeso en la infancia y adolescencia se asocia a una mayor probabilidad de aparición de factores de riesgo cardiovascular, tales como diabetes, hipertensión e hipercolesterolemia. En segundo lugar, el sobrepeso y la obesidad tienen influencia psicológica sobre los niños y repercute en la forma en la que son tratados y aceptados por los demás niños.
Por otro lado, la pérdida de peso y el mantenimiento de la misma posteriormente son difíciles de alcanzar, por lo que el exceso de peso en la infancia y adolescencia es probable que conduzca a sobrepeso y obesidad durante toda la vida. Por último, los niños y adolescentes son más susceptibles a las influencias de la alimentación a base de productos comerciales elaborados ricos en calorías, lo que dificulta aún más la consecución del objetivo de la pérdida de peso.
Incidencia de obesidad infantil
Según una investigación sobre obesidad infantil que incluyó diferentes estudios realizados en todo el mundo, el índice de masa corporal y la prevalencia de la obesidad aumentó en la mayoría de los países en niños y adolescentes entre 1975 y 2016. Este crecimiento fue paralelo a la obesidad de los adultos hasta el 2.000, pero a partir de entonces el sobrepeso y la obesidad crecieron proporcionalmente más en los adultos en los países más ricos, manteniéndose más estable, con escaso incremento, en los niños y adolescentes.
El motivo del menor crecimiento del índice de masa corporal en niños y adolescentes en los países con mayores ingresos, comparado al de los adultos, no es bien conocido. Puede ser debido a las iniciativas específicas de los gobiernos, escuelas y asociaciones con mayor conciencia pública acerca del sobrepeso y obesidad en niños, que hayan llevado a cambios en la nutrición y la actividad física suficientes para frenar el aumento del índice de masa corporal.
Políticas frente a la obesidad infantil
Uno de los mecanismos de las políticas frente al sobrepeso y obesidad en niños y adolescentes, que más se han empleado en los países de mayores ingresos y que mejores resultados han tenido, es la aplicación de impuestos especiales para las comidas y bebidas industriales de alto contenido calórico. Esto ha hecho que muchos países estén incorporando estas medidas en sus programas para combatir la obesidad infantil.
Uno de los métodos que probablemente sea más efectivo, pero que ha sido poco promovido, es el de potenciar las ayudas a las empresas que produzcan alimentos más saludables, como son los que incluyen cereales integrales, frutas y verduras. También se podría limitar el efecto de las políticas que favorecen a las empresas que producen alimentos poco saludables.
Por último, los programas dirigidos a la población sobre prevención del sobrepeso y obesidad en niños y adolescentes han permitido un mejor acceso a las intervenciones de salud para el control de peso y la reducción de los efectos negativos de la obesidad. En esto han contribuido la educación sanitaria sobre cambios en la dieta y en la práctica de ejercicio físico, y la detección precoz y tratamiento de la hipertensión, intolerancia a la glucosa y dislipidemia. Por otro lado, el tratamiento de la obesidad, incluyendo la cirugía bariátrica, han contribuido también a la limitación del crecimiento de la obesidad en niños y adolescentes en los últimos años.
Factores de riesgo en niños obesos
La prevalencia de factores de riesgo para enfermedades cardiovasculares y trastornos metabólicos, especialmente respecto a los carbohidratos y grasas, es muy alta en la población de niños obesos. Esto se ha observado en diferentes estudios sobre la prevalencia de los factores del síndrome metabólico, mediante el examen de la presión arterial, el estado de los lípidos y la glucosa, y la sensibilidad a la insulina. En niños con índice de masa corporal elevado, hasta un 70% tienen sobrepeso, y los restantes obesidad, con un 3% de obesidad severa.
En el total de niños con índice de masa corporal elevado, se llega a encontrar presión arterial alta hasta en un 35% de ellos, niveles elevados de colesterol en un 10% y de triglicéridos en un 8%. Así mismo, se encuentra hiperglucemia hasta en un 5% de estos niños, intolerancia a la glucosa hasta en un 20% y niveles elevados de insulina dos horas después de la carga de glucosa en el 35%. Estos resultados varían de unos estudios a otros, pero destacan la necesidad de detectar, en los exámenes médicos generales, el sobrepeso y la obesidad, así como los hábitos alimentarios, en los niños y adolescentes, para aplicar precozmente las medidas de prevención y los correspondientes tratamientos.
Obesity in children and adolescents: epidemiology, causes, assessment, and management