Un joven japonés de 31 años murió hace unos años y un inspector de trabajo concluyó que fue una muerte por exceso de trabajo, ya que durante días había hecho muchas horas extra. La causa oficial de la muerte se atribuyó a insuficiencia cardíaca por «karoshi», un término japonés que se usa para denominar la «muerte por exceso de trabajo».
El karoshi
El karoshi es un fenómeno reconocido en Asia, descrito a mediados del siglo XX, que ha sido sometido a diferentes estudios de investigación, pero poco conocido en los países occidentales. Distintas publicaciones científicas han destacado la posibilidad del karoshi, y han mostrado su epidemiología y los efectos del exceso de trabajo sobre las muertes cardiovasculares en los países asiáticos.
Algunos autores han relacionado el karoshi con la miocardiopatía de takotsubo, también descrita por primera vez en Japón. Es una patología bien conocida y estudiada, que se ha denominado como miocardiopatía por estrés o «síndrome de corazón roto». Es consecuencia de un estrés emocional repentino, como puede ser el recibir malas noticias, que resulta en una depresión aguda de la contractilidad de una parte del músculo del corazón que conduce a insuficiencia cardíaca y/o arritmias.
Mecanismo
Se cree que el síndrome de takotsubo es consecuencia de cambios hormonales y neurológicos, causados por un estrés emocional intenso, que llevan al deterioro de la función miocárdica. Es posible que el estrés crónico acumulado durante un período de tiempo, como puede ser el producido por un exceso de trabajo crónico, podría conducir a alteraciones cardíacas similares a las que puede producir un estrés agudo.
El aumento de los niveles sanguíneos de las hormonas denominadas de estrés, sobre todo las catecolaminas, son una respuesta fisiológica normal ante una situación de estrés, pero están orientadas a solucionar problemas agudos, como puede ser una hemorragia. Sin embargo, se sabe que la elevación de estas hormonas a largo plazo puede conducir a vasoconstricción (y por lo tanto, disminución del riego sanguíneo en los tejidos), hipertensión arterial y arritmias.
El descanso y el sueño son necesarios para la recuperación del estado de reposo, y gracias a ello se normalizan los niveles hormonales y se resintetizan las sustancias consumidas. Cuando una persona trabaja de forma ininterrumpida, sin descanso y con poco tiempo de sueño, los niveles de las hormonas del estrés permanecen elevados. Por lo tanto, trabajar de forma continuada durante mucho tiempo, como puede ser durante semanas o meses, sin un descanso adecuado, podría culminar en complicaciones cardiovasculares.
Conclusión
Las leyes de muchos países reconocen la necesidad de una conciliación entre el trabajo y la vida personal, pero es frecuente que las empresas no lo tengan en cuenta y exijan demasiadas horas de trabajo a sus empleados. Debido a las necesidades económicas y a las presiones laborales, muchas personas trabajan durante largos periodos de tiempo ininterrumpidos, a veces en múltiples puestos de trabajo, sin poder conciliar su actividad laboral con las obligaciones familiares y personales, incluso hasta el punto de que no tienen tiempo para su propio autocuidado, y descuidan su alimentación y las horas de sueño. Todo esto puede llevar a que, con el tiempo, las repetitivas respuestas fisiológicas hormonales del estrés vayan produciendo un efecto negativo sobre el sistema cardiovascular.