La vitamina K2 posee múltiples funciones, y su déficit afecta sobre todo a los huesos, aunque también al sistema cardiovascular. La vitamina K se conoce desde principios del siglo XX. Fue aislada por primera vez a partir de fuentes vegetales naturales. Su función principal es la de intervenir en la formación en el hígado de ciertas proteínas de la coagulación. Esta función fue sugerida inicialmente en 1936 al constatarse que los animales con dieta baja en vitamina K sufrían importantes hemorragias.
En años posteriores se descubrió que existían otros compuestos similares que provenían de alimentos fermentados. Esto llevó a que la sustancia original de vitamina K se denominara filoquinona o vitamina K1, mientras que estas otras formas contenidas en alimentos fermentados se denominaran menaquinonas o vitamina K2. Esta también puede ser generada por bacterias intestinales.
Alimentos ricos en vitamina K
La vitamina K1 se encuentra principalmente en vegetales de hojas verdes (como las coles, brócoli y espinacas), frutas (como el aguacate, kiwi y uvas) y en algunos aceites vegetales (como el de soja). La vitamina K2 es sintetizada principalmente por bacterias intestinales y existe en la carne, los lácteos y los alimentos fermentados. El natto, un alimento tradicional japonés, destaca como la fuente más rica conocida en esta vitamina. El natto se produce mediante la fermentación de soja con bacterias. Los productos lácteos fermentados son ricos en vitamina K2, siendo los quesos duros la fuente más importante. Además, también puede sintetizarse a partir de la K1 en determinados tejidos animales.
La vitamina K2 posee múltiples funciones biológicas en el mantenimiento de la salud humana. Entre ellas destacan la función de calcificación de los huesos, la prevención de la calcificación de las arterias, la litiasis renal y el cáncer, la regulación de la insulina y el efecto beneficioso sobre el sistema nervioso. Por ello, el déficit de vitamina K2 puede dar lugar a osteoporosis, arteriosclerosis, cálculos renales, insuficiencia renal, cáncer, diabetes mellitus tipo II y procesos neurodegenerativos (como demencia y Parkinson).
Calcificación arterial por déficit de vitamina K2
La vitamina K2 protege contra la calcificación de los tejidos blandos mediante varios mecanismos. La apatita de calcio es la forma predominante de cristales de calcio que se acumulan en las paredes de los vasos sanguíneos y también se encuentra comúnmente en los huesos. El proceso de calcificación vascular se asemeja a la formación de hueso.
Diversos estudios han demostrado que, cuando falta la vitamina K2 , ciertas células de los tejidos blandos se tranforman en células con propiedades similares de las de las que forman el hueso (osteoblastos). Por ello, se favorece la deposición de cristales de calcio. La vitamina K2 inhibe la formación de cristales de calcio y suprime la transformación de las células de los tejidos blandos en osteoblastos.
La vitamina K2 actúa como cofactor de ciertos enzimas que existen en las células del músculo liso vascular y en células de los huesos. De esta manera, promueve la calcificación y el crecimiento de los huesos y desempeña un papel fundamental en la prevención de la calcificación de los tejidos blandos mediante la inhibición de la precipitación de calcio y fosfato. Por ello, el déficit de vitamina K2 predispone a la rigidez arterial a través de la calcificación de la pared de las arterias y a la aterosclerosis a través de la calcificación de los ateromas.
Déficit de vitamina K2 y corazón
El efecto principal de la vitamina K2 en el corazón es evitar la calcificación de los tejidos blandos. Por ello, su déficit se sigue del depósito de calcio en las arterias coronarias y en las válvulas cardiacas. Además, también se produce calcificación en la aorta y otras arterias del organismo.
La calcificación del las arterias coronarias puede producir obstrucción en las mismas, conduciendo a angina de pecho y/o infarto de miocardio. La calcificación valvular afecta, sobre todo a las válvulas aórtica y mitral, produciendo disfunción de ambas válvulas. La calcificación de la aorta también puede tener consecuencias sobre el corazón.
En conclusión, el déficit de vitamina K2 puede dar lugar a calcificación y rigidez de las arterias, calcificación y obstrucción coronaria, y calcificación y disfunción valvular. La deficiencia de esta vitamina suele ser consecuencia de una ingesta inadecuada de esta vitamina y de la alteración de la flora bacteriana intestinal. Además, también se producen complicaciones similares en los pacientes que toman anticoagulantes anti-vitamina K (p. ej.: Sintrom).
Dado lo comentado, es lógico pensar que el déficit de vitamina K2 se asocia a una mayor riesgo de enfermedad cardiovascular y a una mayor mortalidad. En diversos estudios se ha encontrado un riesgo elevado de muerte de origen cardiovascular. Además, también se ha observado una reducción de la incidencia de enfermedad cardiovascular en personas con un alto consumo en la dieta de vitamina K2.
Vitamina K2 y factores de riesgo cardiovascular
En algunos estudios se ha observado que el déficit de vitamina K2 se asocia a ciertos factores de riesgo cardiovascular. Así se ha encontrado mayor incidencia de diabetes tipo II en personas con déficit de esta vitamina. Por otro lado, se ha observado que la administración oral de suplementos de vitamina K2 favorece la pérdida de grasa abdominal y visceral, por lo que podría ser beneficiosa en el tratamiento de la obesidad.
Suplementos de vitamina K2
La dieta rica en vitamina K2 reduce el riesgo de eventos cardiovasculares. Esta vitamina se puede conseguir aumentando el consumo de productos fermentados, sobre todo queso. También es conveniente mantener una dieta saludable para no alterar la flora intestinal.
Sin embargo, hay personas que no pueden consumir productos fermentados por algún motivo. Por ejemplo, a los pacientes con hipercolesterolemia o enfermedad arterial se les desaconseja el consumo de queso y otros productos fermentados.
En estos casos, sirve tomar suplementos de vitamina K2. Se ha observado que estos suplementos disminuyen el riesgo de enfermedad cardiovascular y osteoporosis. El consumo de vitamina K1 también tiene el mismo efecto, ya que parte de ella es convertida en vitamina K2 en el organismo.
La dosis recomendada de vitamina K2 para obtener los efectos beneficiosos sobre la salud cardiovascular es de 180–360 µg/día. En personas que consumen alimentos ricos en vitamina K2 pueden administrarse dosis menores (50-100 µg/día). La vitamina K2 administrada a las dosis recomendadas carece prácticamente de contraindicaciones y efectos secundarios.
Conclusión
La vitamina K2 es sintetizada principalmente por bacterias intestinales. Los alimentos ricos en vitamina K2 son la carne, los lácteos y los alimentos fermentados, como el queso curado y el natto (alimento tradicional japonés).
La vitamina K2 sirve para conseguir una correcta salud de los huesos y para evitar la calcificación de los tejidos blandos. El déficit de esta vitamina se acompaña de calcificación de las arterias y las válvulas cardiacas. Esto conlleva un mayor riesgo de complicaciones y de mortalidad cardiovascular.
El consumo de alimentos ricos en vitamina K2 es beneficioso para la salud de los huesos y la prevención las enfermedades cardiovasculares. El consumo de suplementos de vitamina K2 para compensar las necesidades diarias sirve para conseguir estos efectos.
Vitamin K2—a neglected player in cardiovascular health: a narrative review
Vitamin K2 in Health and Disease: A Clinical Perspective