Diversos estudios han demostrado que el sedentarismo se asocia con una mayor mortalidad general y cardiovascular. Las personas que no realizan suficiente actividad física tienen una mayor mortalidad por enfermedad cardiovascular, pero también tienen mayor mortalidad las personas que practican ejercicio físico y tienen un comportamiento global muy sedentario. Esto ha hecho que se hayan desarrollado programas contra el sedentarismo en algunos países.
Se recomienda que los adultos reduzcan al mínimo la cantidad de tiempo dedicado a actividades sedentarias durante períodos prolongados. Se supone que el comportamiento sedentario es un factor de riesgo independiente para la salud. Probablemente dicha recomendación sea apropiada, pero existen dudas sobre la asociación entre el tiempo de sedentarismo y la salud, la causa de la misma y la relación entre la cantidad y la respuesta.
Definición de sedentario
Una de las primeras cuestiones que surgen es la definición de “sedentario”, que etimológicamente viene a significar “permanecer sentado en un lugar”. El exceso de comportamiento sedentario se ha definido como aquel que tiene una persona sin actividad física de moderada a vigorosa.
Sin embargo, dada la evidencia de que el tiempo de sedentarismo es un factor de riesgo, la definición del comportamiento sedentario debería ser distinta de solo la falta de moderada a vigorosa actividad física.
Una de las definiciones que se ha sugerido para el sedentarismo es la de aquel comportamiento de vigilia caracterizado por un gasto de energía ≤1.5 equivalentes metabólicos, siendo un equivalente metabólico igual a 3,5 ml de oxígeno consumido por kilogramo de peso corporal por minuto.
Valoración del sedentarismo
En los países occidentales, las personas dedican de 6 a 8 horas a comportamientos sedentarios, principalmente estar sentados en el trabajo, viendo la televisión, el cine, el ordenador, leyendo, comiendo o viajando
A la hora de la valoración del comportamiento sedentario, uno de los principales inconvenientes que surge es la medición del mismo. El comportamiento sedentario ha sido valorado clásicamente a través de encuestas o mediante observación directa, pero cada vez más se están utilizando aparatos de medición específicos, que son más objetivos.
Se ha pretendido que los aparatos de medición sean los que realmente se deban considerar a la hora de la valoración del comportamiento sedentario. Sin embargo, algunos estudios han demostrado que es importante la información aportada por el individuo, ya que permite saber las causas, los lugares y las situaciones que condicionan el comportamiento sedentario.
Los acelerómetros han sido los dispositivos más utilizados para medir objetivamente el grado de sedentarismo. Los acelerómetros miden la aceleración, que se define como el cambio en la velocidad del movimiento. El movimiento detectado por los acelerómetros se convierte en señales eléctricas o “cuentas”, que son típicamente mostradas como un porcentaje del tiempo total o por horas al día.
Lógicamente, los acelerómetros no son totalmente efectivos, pues pueden sobrevalorar el grado de sedentarismo si no registran algunos movimientos, ya que dependen de su sistema de detección y del lugar del cuerpo donde se coloquen, que puede ser en la muñeca, cintura o en otras partes del cuerpo. Para intentar superar este inconveniente, se están investigando aparatos con nuevos sistemas de detección.
No están bien definidos los límites de las mediciones de los acelerómetros para considerar un comportamiento como sedentario. Un punto de corte que se ha propuesto para cuantificar el tiempo del comportamiento sedentario es el de menos de 100 cuentas por minuto, principalmente utilizando acelerómetros de cintura. Los dispositivos usados en la muñeca o el tobillo pueden requerir diferentes umbrales, que no están bien definidos porque estas técnicas todavía se están evaluando.
Sedentarismo y riesgo
El comportamiento sedentario se ha relacionado con el desarrollo de obesidad, hipercolesterolemia y diabetes. Como se mencionó anteriormente, el comportamiento sedentario se asocia a una mayor mortalidad cardiovascular, por lo que ha sido considerado un factor de riesgo más. Asimismo, también se ha asociado a una mayor mortalidad global, incluyendo una mayor incidencia de cáncer.
Como parece lógico, la primera actitud para reducir el sedentarismo es aconsejar practicar ejercicio físico regularmente, que es la recomendación clásica para esta finalidad. Sin embargo, dado que se puede tener un comportamiento muy sedentario a pesar de practicar un deporte a diario, las actuaciones para reducir el comportamiento sedentario deben expandirse a otros niveles.
Los comportamientos sedentarios que más se han destacado en los estudios son el ver la televisión y la escasa actividad en el lugar de trabajo. Por lo tanto, las intervenciones con los adultos para reducir el comportamiento sedentario se han centrado principalmente en actuar sobre estos comportamientos, fomentando el movimiento durante los tiempos de sedentarismo y evitando permanecer mucho tiempo sentado.
Se han propuesto diferentes métodos para reducir el tiempo de sedentarismo, pero la finalidad siempre ha sido moverse y no permanecer sentado mucho tiempo. Se ha recomendado levantarse y moverse durante 3 minutos por cada 30 minutos de estar sentado, que parece es lo mejor, aunque podrían hacerse los paros durante 6 minutos por cada 60 minutos de estar sentado. Es posible que cuanto más frecuentes sean las interrupciones del sedentarismo, mayor sea la efectividad.
Conclusión
En conclusión, el tiempo de sedentarismo es un factor de riesgo de mortalidad, por lo que debe reducirse al máximo. No se trata solo de hacer ejercicio físico a diario, que es recomendable al menos 30 minutos en 3 días de la semana, sino de interrumpir los tiempos de sedentarismo, evitando estar sentado de forma prolongada, a ser posible no más de 30 minutos seguidos.