insuficiencia cardiaca

Insuficiencia cardiaca

Cardiopatías

La insuficiencia cardiaca se define como un síndrome clínico (conjunto de síntomas y signos) que es consecuencia de la incapacidad del corazón para bombear la sangre en suficiente cantidad para satisfacer las demandas del metabolismo del organismo. Al principio, se activan mecanismos nerviosos y hormonales, que compensan el problema. Sin embargo, si persiste, la insuficiencia cardiaca se descompensa, se superan los mecanismos de compensación y aparecen los síntomas.

La insuficiencia cardiaca puede ser sistólica (cuando disminuye la eyección de la sangre desde los ventrículos) y/o diastólica (cuando se restringe el llenado del corazón). Esto puede afectar al lado izquierdo, al lado derecho o a ambos lados del corazón. La insuficiencia cardiaca es una de las principales causas de muerte en los países industrializados. La mortalidad es, aproximadamente, del 50% a los 5 años del diagnóstico y del 75% a los 10 años. Alrededor del 40% de las muertes son súbitas.

 

¿Cuáles son las causas de la insuficiencia cardiaca?

La insuficiencia cardiaca puede ser secundaria a cualquier enfermedad del corazón, pero las más frecuentes son la cardiopatía isquémica, la miocardiopatía dilatada, la cardiopatía hipertensiva y las valvulopatías mitral y aórtica. Los mecanismos varían según los casos:

1. La fuerza de contracción del corazón puede disminuir si se reduce el flujo coronario (lo que ocurre en la cardiopatía isquémica debido a la obstrucción de las arterias coronarias), si se produce infección del músculo cardiaco – o miocardio – (como ocurre en la miocarditis) o por causa desconocida («miocardiopatía dilatada idiopática»).

2. El corazón también se puede deteriorar si sufre sobrecarga a consecuencia de hipertensión arterial (cardiopatía hipertensiva).

3. Las enfermedades de las válvulas del corazón, bien porque se estrechen (estenosis) o porque no cierren bien (insuficiencia), pueden dificultar tanto la sístole como la diástole del corazón.

4. Las cardiopatías congénitas, las enfermedades del pericardio (membrana que cubre el corazón) y las arritmias también pueden conducir a insuficiencia cardiaca.

 

¿Cómo se produce la insuficiencia cardiaca?

Cuando cualquier cardiopatía da lugar a disminución de la contractilidad miocárdica (fuerza de contracción del corazón), el flujo cardiaco y la presión arterial tienden a reducirse. Sin embargo, al comienzo del problema, no se reducen gracias a la actuación de una serie de mecanismos de compensación. Entre ellos están:

1. El aumento de la presión de llenado, que ayuda a mantener la contractilidad cardiaca.

2. La hipertrofia miocárdica, gracias a la cual aumenta la fuerza de contracción del corazón.

3. La activación del sistema nervioso simpático, la liberación de adrenalina y noradrenalina, y el aumento del sistema renina-angiotensina-aldosterona, todo lo cual tiende a incrementar la presión arterial y el flujo cardiaco a través del aumento de la contractilidad, la vasoconstricción y la retención de agua y sodio.

Estos mecanismos de compensación tienen un límite y, cuando la enfermedad cardiaca avanza, se hacen insuficientes para mantener el gasto cardiaco y la presión arterial, los cuales terminan disminuyendo. Solo en las fases iniciales de la enfermedad, el flujo del corazón es normal, aunque en esos momentos se puede demostrar un escaso o nulo incremento del gasto cardiaco con el ejercicio físico. En las fases avanzadas, el gasto cardiaco está reducido y los mecanismos compensadores están superados, por lo que aparecen los síntomas y signos de la insuficiencia cardiaca.

El exceso en la retención de agua y sodio da lugar a los edemas (acúmulo de líquido en los tejidos), y el estímulo simpático produce taquicardia (aumento de la frecuencia cardiaca) y vasoconstricción cutánea (en la piel).

 

¿Cuáles son los síntomas de la insuficiencia cardiaca?

1. El síntoma más frecuente de la insuficiencia cardiaca es la disnea (sensación de dificultad para respirar). Lo más habitual es que el paciente acuda al médico refiriendo disnea de esfuerzo progresiva.

2. También es frecuente la astenia (debilidad generalizada) con los esfuerzos.

3. Otros síntomas que suelen referir los pacientes son: mareo, palpitaciones del corazón y molestias en el tórax. En algunos casos, se produce síncope (pérdida de consciencia), bien por hipotensión o secundario a arritmias.

4. Los casos evolucionados presentan insuficiencia cardiaca derecha, caracterizada por hepatomegalia (aumento del tamaño del hígado) y edema en las extremidades inferiores. En estos pacientes suelen aparecer o empeorar la astenia y los mareos, y suelen referir molestias en el cuello por la distensión venosa, en el abdomen por la hepatomegalia, y en las extremidades inferiores por los edemas.

 

¿Cómo se diagnostica la insuficiencia cardiaca?

Para el diagnóstico de la insuficiencia cardiaca, se suele realizar electrocardiograma, radiografía de tórax y ecocardiograma.

1. El electrocardiograma mostrará las alteraciones características de la cardiopatía que produce la insuficiencia cardiaca. Así se podrán observar los signos de crecimiento auricular y/o ventricular, y en algunos casos se encontrarán arritmias, sobre todo auriculares.

2. En la radiografía de tórax es típico encontrar una silueta cardiaca de tamaño aumentado, y signos de hipertensión venosa pulmonar. En casos más importantes, se verán signos de edema pulmonar e, incluso, derrame pleural.

3. El ecocardiograma permite valorar el tamaño de las cavidades cardiacas, el grado de hipertrofia, el estado de las válvulas y los parámetros de función ventricular (contractilidad, tiempos de eyección sistólicos y las medidas de la función diastólica). En los pacientes con insuficiencia cardiaca sistólica, habitualmente se encuentra un ventrículo izquierdo dilatado, sin hipertrofia y con contractilidad deprimida. En la insuficiencia cardiaca diastólica, el tamaño de la cavidad ventricular y la contractilidad son normales y con frecuencia se observa hipertrofia del ventrículo izquierdo.

4. El cateterismo cardiaco se recomienda en pacientes con dolor torácico u otros signos sugestivos de isquemia miocárdica, como alteraciones en el electrocardiograma o en el ecocardiograma.

 

¿Cuál es el tratamiento de la insuficiencia cardiaca?

El tratamiento propio de la insuficiencia cardiaca es sintomático (dirigido a controlar los síntomas y signos del síndrome), independientemente del tratamiento de la cardiopatía que la causa. Todo paciente con insuficiencia cardiaca debe recibir una serie de recomendaciones generales, sobre todo sobre dieta y ejercicio físico.

1. Los edemas se tratan con diuréticos (medicamentos que aumentan la eliminación de líquido por el riñón).

2. En caso de edema agudo de pulmón, se administra oxígeno al 100%, diuréticos potentes y fármacos que dilatan las venas.

3. En pacientes descompensados con hipotensión arterial, shock cardiogénico y/o bajo gasto cardiaco deben emplearse fármacos inotrópicos (que aumentan la contractilidad).

4. En los pacientes compensados, se indican diferentes fármacos para mantener la situación estable y mejorar el pronóstico.

5. En caso de arritmia, debe indicarse un antiarrítmico.

6. Si el paciente presenta síntomas importantes a pesar de la medicación, debe valorarse la implantación de un marcapasos resincronizador o un aparato de asistencia ventricular.

7. Si la función ventricular está severamente deprimida y los síntomas son de grado severo a pesar de un correcto tratamiento, debe valorarse el trasplante cardiaco.

Algunas patologías que causan insuficiencia cardiaca se pueden solucionar o mejorar mediante algún procedimiento invasivo o quirúrgico:

1. Si la insuficiencia es secundaria a enfermedad coronaria, debe valorarse la dilatación de las lesiones coronarias mediante angioplastia por cateterismo, o la realización de un bypass coronario mediante cirugía.

2. Cuando hay enfermedad severa de una válvula o una cardiopatía congénita, también puede corregirse con procedimientos a través de catéter o con cirugía.